viernes, 20 de noviembre de 2009

Reydel

“La práctica hace al maestro”, parece ser el axioma que caracteriza la vida de Reydel Fernando Díaz Virelles, quien cursa el tercer año en la Academia profesional de artes plásticas Oswaldo Guayasamín, de Bayamo, y me recuerda a Thomas Alva Edison, -norteamericano que vivió entre 1847 y 1931, y patentó más de mil inventos- por eso de que el genio lo compone un uno por ciento de inspiración y un 99 de transpiración, de sudor, de trabajo.
Este joven de 17 años de edad se nutre de determinada problemática social para jugar en serio con pinceles y colores: ”El arte significa éxtasis, creación, necesidad, es un proceso constante de investigación, búsqueda, cambio, crítica … vías a través de las cuales percibo el mundo en que vivimos y lo recreo”.
Reydel es ganador de varios concursos a nivel municipal, provincial y nacional, y jornadas científicas estudiantiles: Martí y Fidel en el alma de la Patria, Convención de los derechos de las niñas y los niños, PMA (Programa Mundial de Alimentos) en acción 2008, V Salón martiano, y Por un mundo al derecho, 2009, entre otros.
“Cuando el 28 de marzo del 2002 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz inauguró, desde Manzanillo, el programa de escuelas de arte en Cuba fui feliz porque supe que esos centros educacionales le garantizarían a mi hijo lo imprescindible para alcanzar sus sueños”, asegura Antonia.
Los desvelos de su mamá y la preocupación de ella por vincularlo a la Casa de cultura 20 de Octubre -donde conoció a la instructora Vivian Martínez, que fortaleció su educación artística y medioambiental- le acompañan siempre de Calle Siete a la Academia y viceversa.
- ¿Cuáles son tus expectativas?, le pregunto.
- El reto ahora es estudiar, superarme hasta lograr una producción en el arte cubano, y después ¿quién sabe?