Siete son las maravillas del mundo, siete los pecados capitales, siete las potencias africanas, siete los días de la semana, siete forma parte de este proyecto cultural y Siete la calle donde vivo, que no es particular.
Cuando llueve se moja… y es, el ir de Joaquín para ver cómo andan los nietos, en el único instante en el que Annia los deja; el venir de Antonio Pérez, “Ñico”, el viejo amigo de Papá, o el esperado buchito de café de Luisa.
Como las demás … muestra la picardía de la mulata de enfrente, el llanto de Mayli, la sonrisa de Lisandra, el saludo del vecino, la familia en las aceras por las noches … los silencios, ruidos y sueños que se mezclan para darle ese aroma que seduce y enamora.
Calle Siete es un barrio con la sabrosura del pregonero, las tertulias de Magalys, la peluquera; los cuentos de Yasmani, el de Informática, o la pintura de Daniel el instructor de arte, y la voz de Ana Vázquez convocando a los vecinos.
Y también atrapa la esencia de Bayamo, ese pueblo aborigen -segunda villa de Cuba fundada en 1513-, asentado en las márgenes del “Bayamo” y del “Manegua”.
Calle Siete está ubicada en El Valle, un reparto como otro cualquiera rodeado por policlínico, consultorios médicos, bodegas, carnicerías, barbería, mercaditos comunitarios, cine, parque infantil, óptica, farmacia… con la energía suficiente para darse a conocer y que la amen.