Tal como me comentó hace un amigo hace ya varios días, hay acontecimientos que marcan a los homo sapiens. Lo digo por Lisandra, la pequeña de las hijas de mi hermana Ana Luisa. Este día y el parque-museo Ñico López, de Bayamo, quedarán siempre en el universo de ilusiones, esperanzas, desafío y una nueva etapa de aprendizaje.
Mi sobrina es una de los 857 profesionales de la Salud que egresaron de la Filial de Ciencias Médicas Efraín Benítez Popa, como doctores en Medicina, Estomatología, Licenciatura en Tecnología de la Salud, Enfermería, Psicología o también como técnicos de nivel medio.
Me pregunto cómo podré resumir en pocas líneas un acto de graduación con tantas emociones, retos, compromisos, una mejor gestión profesional en un sector que es prioridad y un derecho para el pueblo en Cuba.
Hoy, entre tantas batas blancas, algarabía por el título universitario, risas, y nervios Calle Siete le dio a escoger a Lisandra Rondón Blanco sus palabras más eficaces para comentar sobre el feliz acontecimiento y ella le obsequió el más hermoso y elocuente lenguaje: el de las lágrimas.
Hoy, entre tantas batas blancas, algarabía por el título universitario, risas, y nervios Calle Siete le dio a escoger a Lisandra Rondón Blanco sus palabras más eficaces para comentar sobre el feliz acontecimiento y ella le obsequió el más hermoso y elocuente lenguaje: el de las lágrimas.
Así estaba el parque-museo Ñico López esta mañana |
Alina Viltres Rondón también recibió su título de técnico medio |