Llegué con antelación al salón de prensa del periódico de la provincia de Granma, La Demajagua, de modo que dispuse de tiempo suficiente para meditar antes de que comenzara el taller en el que discutiríamos las pretensiones de mejorar, sobre la base de la experiencia creativa, el quehacer gráfico del semanario, para darle así un rostro más fresco.
A los pocos minutos ya se hablaba de la esencia comunicativa del diseño gráfico: ideas, historia, texto, formato, narrativa, espacios en blanco, fotografía, contrastes, colores y la utilización de la tipografía, estrechamente relacionada con el diseño y su objetivo.
Pero cuando la expresión del rostro de una de mis colegas se tornó seria y se rompió el silencio, tuve la percepción de que aun cuando prime el pensamiento más avanzado en la materia, entiéndase reflexión, crítica, acción; siempre estarán al asecho diversos cuestionamientos y gustos, en lo que influye, incluso, el público al que va dirigido nuestro producto comunicativo, no solo de Bayamo, sino de todo el territorio.
No todo está dicho, sin embargo lo más importante es establecer claramente cuál es el objetivo que persigues y lo que pretendes transmitir visualmente desde una mirada clara, limpia y sencilla.
Calle Siete está consciente de que donde hay voluntad también hay camino por andar: a veces difícil, otras no tanto; empero, sé que en la redacción habita, además, entusiasmo y ambiente creativo.