En muchos lugares del mundo
hoy se celebra el Día internacional de la familia, que este año tiene como lema
Las familias, una vida sana y un futuro sostenible, efeméride promovida por la
Asamblea General de las naciones Unidas en la Resolución 47/237, del 20 de
septiembre de 1993 y que para cuando termine el 2016 habrá promovido el
bienestar para todos en todas las edades.
La familia en Cuba representa
la célula fundamental de la sociedad, pero si me preguntaran un concepto
respondería que existen muchos y diferentes tipos en la Biología, por ejemplo,
empero suscribo íntegramente el concepto del profesor F.
D’Agostino:
“La novedad que debe
enunciarse en términos sencillos y llanos es que la familia constituye una
comunidad de amor y solidaridad, que no encuentra su fundamento último en la
ley que le otorga la reglamentación (...), sino en la capacidad (en sí misma
misteriosa, pero indudablemente típica del hombre) de amar familiarmente y de
fundar sobre este amor una comunidad de vida.”
La voluntad política en este
país en relación con la familia está orientada a contribuir no solo con el
desarrollo sostenible, sino garantizando una vida saludable, asegurando
oportunidades de educación para todos y promoviendo reflexiones para lograr la
igualdad de género, y una sociedad sin violencia.
En Calle Siete los vecinos
somos una gran familia porque nos damos amor, compartimos lo que tenemos,
aunque no sea mucho, siempre atentos a las necesidades de los demás y estamos
presentes en las buenas y en las malas.
Y en la casa no andamos en la
perfección del núcleo familiar, pero unidos nos sentimos fuertes y somos
capaces de soportar las mayores tormentas para disfrutar, después, la calma que las precede. La mejor fórmula para sobrellevar los malos tiempos ha sido el amor, por eso estoy muy orgullosa.
Particularmente me identifico con
este pensamiento: La familia es como una música, algunas notas altas, otras
bajas; pero siempre una hermosa canción.