Calle Siete está triste. El corazón de Norma Lago, la mujer de más edad -92 años- se resistió a seguir latiendo alas 12:20 de la tarde de este jueves. Dicen que fue víctima de un síncope cardiaco agudo y con este el fin de las actividades vitales de su organismo. Su cuerpo está aquí; pero, ciertamente, no sé si su alma reposará en la necrópolis de Bayamo, estará haciendo una broma pesada o descansará en cualquier otro lugar del universo.
Después de todo el novelista ruso del siglo XIX Fiodor Mijailovich Dostoievski (Moscú, 11 de noviembre de 1821-San Petersburgo, 9 de febrero de 1881), autor de Los hermanos Karamazov, El idiota, Crimen y castigo, y Los endemoniados, entre otras obras, en Memorias del subsuelo, Primera Parte, VIII, aseguraba que: "Hay una sola idea superior en la tierra: la inmortalidad del alma humana. Todas las demás ideas de las que puede vivir el hombre surgen de ella."
Prácticamente
en todas las sociedades y momentos históricos se han presentado distintas ópticas de hombres considerados filósofos, que han estudiado diversas ideas acerca de cómo ha sido
entendida la muerte en la trayectoria humana.
La palabra muerte, solo de mencionarla a muchos les causa escalofríos, para unos significa el fin de la vida y para otros el comienzo de la vida eterna, depende también de los conceptos de la sociedad en la que se vive determinar si se cree o no, o en qué creer.
Su presencia en el arte es constante, constituye uno de los elementos dramáticos a los que más se recurre tanto en el teatro, como en el cine o en novelas, relatos y obras escultóricas y pinturas.
Norma no está, no obstante prefiero recordar a la fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas, regalando su sonrisa en cada atardecer, mientras desde la acera o ya últimamente desde su silla de ruedas llenaba sus pupilas de amor y solidaridad junto a cualquier vecino.
Su presencia en el arte es constante, constituye uno de los elementos dramáticos a los que más se recurre tanto en el teatro, como en el cine o en novelas, relatos y obras escultóricas y pinturas.
Norma no está, no obstante prefiero recordar a la fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas, regalando su sonrisa en cada atardecer, mientras desde la acera o ya últimamente desde su silla de ruedas llenaba sus pupilas de amor y solidaridad junto a cualquier vecino.
En Cuba la esperanza de vida al nacer en el 2015 alcanzó los 78,45 años, cifra que ubicó a la Mayor de las Antillas entre los países del mundo más aventajados en el connotado indicador del progreso de una sociedad.