Me he aferrado, como la hiedra a
la pared, a la celebración del Día del medioambiente con el pretexto de hablar
sobre el Jardín Botánico Cupaynicú, ese santuario de la naturaleza con carácter científico, cultural y recreativo, ubicado a
17 kilómetros de Bayamo, capital de la provincia de Granma, y en la precordillera cársica del macizo
montañoso Sierra Maestra, en la localidad Los Mameyes, municipio de Guisa.
Es que llevo en la mirada las
diversas tonalidades del verde que cobija esa instalación dedicada a la
conservación y recuperación de la flora autóctona amenazada o en peligro y a la
protección del medioambiente. Percibo que es uno de los espacios que oxigena la
sangre y el frescor de su brisa alivia
las reacciones adversas provocadas por las altas temperaturas de la canícula.
El centro, que resultó sede del
acto nacional por el 5 de Junio, posee variedades endémicas y exóticas de la
flora insular. En sus más de 100 hectáreas, a parte de la reserva florística
manejada en 54 hectáreas, denominada monte natural, declarada área protegida,
atesora ejemplares clasificados por familias, características y usos.
Quienes visitan al Cupaynicú,
además de que pueden comprar plantas medicinales, frutales y ornamentales reciben
entrenamiento y asesoría en temas de Botánica
e incluso información ambientalista. Y hay más, sus trabajadores
multiplican sus conocimientos estimulando la educación mediante diversas
habilidades y descubriendo las raíces dispersas tanto en la comunidad como en las
escuelas más cercanas.
Calle Siete lo recomienda como una
excelente opción para el verano.