Cuando comenté en un círculo de amigos que asistiría en un
trabajo voluntario muchos abrieron la boca admirados y otros dejaron escapar:
eso ya no se usa!, pero, aunque no significaba participar en una situación
extrema decidí destinar la sesión de una mañana de julio a la bayamesa Casa de
la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) en la provincia de Granma.
A fin de cuentas no se trataba de
olvidarme de mi familia ni de mis
compromisos habituales, sino la motivación de aportar mi ayuda desinteresada en
una actividad de interés social convocada por la Upec, organización a la que
estoy afiliada, para adelantar las acciones de limpieza y embellecimiento para
el verano.
Entonces recordé al Ernesto
Guevara de la Serna, Che, quien el 22 de noviembre de 1959 realizó su primera
jornada voluntaria en la construcción de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, junto
al Comandante Manuel Piti Fajardo y Walfrido La O Estrada en unión de los
trabajadores del calzado, combatientes del Ejército Rebelde y habitantes del
actual municipio de Bartolomé Masó, Sierra Maestra.
Lo cierto es que aquel espíritu
mágico de El Caney de Las Mercedes estuvo en la Casa de la Prensa, convocado sin
la pasión de hace más de 50 años, no obstante la comprensión colectiva sobre el
valor de hacer coincidir a colegas de la CNC-TVGranma, Radio Bayamo, el
periódico La Demajagua y los medios nacionales de comunicación.
Ahora no tiene ninguna lógica
comparar esta convocatoria con otras épocas en Cuba, porque son tiempos diferentes, con
cambios, transformaciones e innegablemente influyen en el modo de actuar y pensar
de la sociedad; empero Calle Siete fue testigo de la respuesta y de la necesidad
de contar con una casa mejor y lista para ser visitada en la etapa estival.
Si no lo cree pregúntele a Eugenio Pérez Almarales o a Ibrahín Sánchez Carrillo.