Hoy deseo felicitar a mis amigos, por el año que termina y el año nuevo. Asocio al 2017 con el color verde, no si es porque le corresponde a mi signo sodiacal -Tauro-, o porque, además de ser el cuarto color del espectro solar presenta una gran conexión con la naturaleza, la ecología, la fertilidad, la salud, el equilibrio y también tiene que ver con la relajación, la esperanza, la estabilidad y el frescor ... tal como siento a Cuba.
Cuando faltan pocos minutos para recibir esa nueva etapa del nuevo calendario arreglaré a mi mami para que se sienta como una novia recién casada, luego prepararé las cosas comida favorita de mi padre para una noche como la del 31 de diciembre, en la que nos reunimos en familia y le agradeceré a la vida y al universo por los 12 meses que concluyen, en los que hubo tensión, suspense, dolor y un poco de felicidad.
Cumplí con amor, hasta este momento, mis deberes en la casa, con mi país, y compartí con ustedes también mis alegrías y tristezas. De todos modos, pido que me disculpen el distanciamiento de Calle Siete, mi rincón preferido, y les aseguro que, no puedo, de ninguna manera, vivir sin ustedes, mis amigos. Si no estamos cerca, estamos incompletos.¡No nos separaremos nunca!
Ustedes, Bayamo, la provincia de Granma y mi familia son mi razón para sentirme fuerte y renovada. En el año 59 de la Revolución, igualmente lloraremos y reiremos juntos; empero les deseo que sean felices.