Todavía hay algo de
litúrgico en el ambiente y nada de atajos al amor, eso bien lo sentimos, una
vez más, los hijos de Bayamo, municipio capital de la suroriental provincia de
Granma, el que, recientemente, cumplió 505 de fundado por el Adelantado Diego
Velázquez, en 1513.
La segunda villa de Cuba
basa su credibilidad en las obras de beneficio social que recobran legitimidad,
y dejan atrás las miradas y oídos
dubitativos, a los descreídos o a los invadidos por el sarcasmo y la sorna,
como singulares señales de identidad y cultura.
Si me preguntaran sobre la
trascendencia de las obras en beneficio del pueblo, directa o indirectamente,
por la efeméride diría que además que las tantísimas iniciativas, que van de lo
humano a lo divino, todas interesantes, se multiplican mientras refuerzan los
valores compartidos.
A Calle Siete le
impactaron irremediablemente algunas de las historias escuchadas y presenciadas
por la fecha. Ahí está la fuerza del amor. La emoción de estos días, el orgullo por la idiosincrasia, la solidaridad entre los vecinos y la experiencia
del aquí, lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos, no callan su verdad.