que tú fuiste mi sol refulgente
y risueño en tu lánguida frente
blando beso imprimí con ardor?
¿No recuerdas que un tiempo dichoso
me extasié con tu pura belleza,
y en tu seno doblé la cabeza
moribundo de dicha y amor?
Ven, asoma a tu reja sonriendo;
ven, y escucha, amorosa, mi canto;
ven, no duermas, acude a mi llanto,
pon alivio a mi negro dolor.
Recordando las glorias pasadas,
disipemos, mi bien, la tristeza,
y doblemos los dos la cabeza
moribundos de dicha y amor!
Los vecinos de Calle Siete, junto a Bayamo todo celebramos por estos días los 160 años de la interpretación de la La Bayamesa, compuesta por Carlos Manuel de Céspedes -considerado el Padre de la Patria- José Fornaris Luque y Francisco del Castillo Moreno, quien les solicitó ayuda para componer una canción para reconquistar a su novia Luz Vázquez Moreno, la que se estrenó en su ventana el 27 de marzo de 1851.
Por eso las mujeres de este territorio de la suroriental provincia cubana de Granma, románticas de pie a cabeza, aguzamos los sentidos porque, quizás, escuchemos una serenata en cualquier esquina, cualquier adoquín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario