Tengo la alegría de los vecinos de Calle Siete anudando mi
garganta, los ojos han dejado caer una lágrima y mis dedos se resisten a
describir toda la carga de sentimientos encontrados que amerita la felicidad de
la familia cubana.
Yo no lo podía creer, y como yo muchísimas personas; pero,lo cierto es que,
este 17 de diciembre será recordado por el mundo como día histórico, porque marca un antes y un
después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
Hoy, quise ir al mediodía en la casa para estar tranquila
y atenta, no solo a la comparecencia del Presidente de los Consejos de Estado y de
Ministros, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, sino a los comentarios de los habitantes de Bayamo, empero, la felicidad que nos
devolvió en esta jornada nos embriagaba a todos y había besos, abrazos, aplausos, lágrimas y risas espontáneas.
¿Quién hubiera creído en esta hermosa jornada de libertad puesta al alcance de su suerte, de mis ojos, y lejos de una ausencia que ya no les pertenece?
¿Quién hubiera creído en esta hermosa jornada de libertad puesta al alcance de su suerte, de mis ojos, y lejos de una ausencia que ya no les pertenece?
Sus palabras vigorosas, sustancialmente veraces y con temas de interés conmovieron a las todos, mientras aseguraba que Ramón Labañino, Gerardo Hernández y Antonio Guerrero, tres de los Cinco Héroes, luchadores contra el terrorismo e injustamente prisioneros en cárceles norteamericanas, durante 16 años, ya están con sus familias.
La repercución mundial ha sido inmensa y tantísimos los mensajes de solidaridad y alegría por esta nueva realidad.
Fidel dijo ¡Volverán! y Raúl aseguró ¡Volvieron!
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