Esta mujer que ves aquí y carga 87 años de edad sobre sus espaldas nació en el campo, quizá por esa razón le encanta el sonido del viento, el canto de los pájaros, ver cómo caen las hojas de los árboles, el río, el olor de la tierra recién arada, las yuntas de bueyes y las muchas sensaciones que le traen de la infancia y la juventud Guasimilla, uno de los barrios de la periferia del municipio de Bayamo, la capital de la provincia de Granma.
A la altura de su edad, la emoción de mi madre siempre crece cuando cuenta anécdotas e historias que la acompañan y anidan en los recovecos de su fisonomía. Ella es de las que desayunan café con sueños sin hablar del neoliberalismo que nos recetan otros sitios cercanos y lejanos de Cuba.
Ebis Luisa González Tornés recuerda un lugar singular, evocador de palabras cultivadas e imágenes elocuentes, la metáfora perfecta, la excusa ideal, cabecera y pies para quien prefiera solo cantar en la intimidad de los pensamientos ... aun cuando, generalmente, deja volar la imaginación.
En ese mundo tan sencillo y para Calle Siete, al mismo tiempo, amargo, a veces, la magia que lleva dentro se adueña de las palabras, entonces deja asomar un punto de la conexión con sus miedos y aparecen respuestas que descarga con energía en las ingenuas ocurrencias cotidianas que sacan la sonrisa de quienes la escuchan.
Así, por ejemplo, en una conversación en la que nos referíamos a los riesgos a los que se enfrentan las adolescentes que tienen una actitud irresponsable con respecto a la sexualidad, ni corta ni perezosa, soltó una carcajada y aseguró: ¨Por eso yo no me embarazo¨.