Bayamo amaneció más hermoso que de costumbre quizá por que las temperaturas
muestran su rostro menos agresivo en este noviembre en el que estoy a punto de
celebrar el cumpleaños 83 de mi padre, el venidero día 22.
En El Valle, el reparto granmense donde vivo, la gente viene y va con la prisa de estos tiempos y la sonrisa a flor de labios. Eso me encanta.
No sé por qué razón esta frase de la Madre Teresa de Calcuta (Uskub,
Imperio otomano -actual Skopie, Macedonia-; 26 de agosto de 1910-Calcuta,
India; 5 de septiembre de 1997), que recomiendo a todos en Calle Siete, me
estremece siempre que la leo.
Bueno, no es tanto así, viene a mi mente cuando
levanto los ojos para alcanzar la estatura de Daniel, mi hijo, y pienso en la
infinidad de detalles exteriores que captamos las mujeres y particularmente las
madres en breves segundos, mientras nos dedicamos a conocer lo más importante:
lo interior.
ENSEÑARÁS A VOLAR
Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo...
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo...
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
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