De béisbol siempre conocí
que se trata de un deporte que se desarrolla entre dos equipos conformados por
nueve jugadores cada uno y que gana el que en igual número de entradas o inning
haga más carreras, es lo que se dice el abc.
En Cuba está considerado
como el pasatiempo más popular. Cuentan que tuvo sus orígenes en el Batos que
jugaban los aborígenes y que los primeros implementos llegaron a la Mayor de
las Antillas en 1864, luego se formó el Club de Béisbol de La Habana en 1868,
pero el juego fue prohibido por los gobernantes españoles y no fue sino hasta
el 23 de diciembre de 1874 cuando se registró el primer juego documentado,
según publicó el periódico El Artista, cuatro días después… más o menos así
está escrito en Ecured.
Después el juego se desarrolló en
una liga profesional en 1878 y se realizó hasta la década de los
años 60, del pasado siglo, cuando cada
provincia tuvo titular y selección.
En realidad el béisbol y
yo estrechamos nuestros lazos en la VII Selectiva, de 1981, cuando Orientales
resultó Campeón, dirigido por Carlos Martí, con balance de 38-21. Entonces
comencé a visitar los estadios Guillermón Moncada, en Santiago de Cuba, y
Mártires de Barbados, en Bayamo, capital de la suroriental de Granma.
Finalmente esta disciplina deportiva y yo nos abrazamos
en la 56 nacional, con la corona de los Alazanes, quienes escriben actualmente una hermosa
historia competitiva, de reconocimiento y respeto, por la calidad de sus
integrantes y su mánager.
Calle Siete los felicita y
disfruta la inmensa alegría que regalan a su afición mientras trotan a buen ritmo
para conquistar el campeonato de la 57 Serie Nacional.
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