por ILIANA MARTÍN PÉREZ
Llega Cupido y una vez más alza su flecha para coronar a quienes en cualquier latitud han apostado por el amor. Ese sentimiento puro y frágil como una lágrima pero capaz de sostenernos a todos; no se puede medir con palabras sino por la predisposición a hacer el bien y multiplicarlo; con la esperanza de obtener como única recompensa un poco más de ternura.
Dedicado a los enamorados hemos señalado especialmente el 14 de Febrero, día de San Valentín, quien se conoce como patrón del amor por excelencia, y que enfrentándose a diversas adversidades defendió a toda costa el matrimonio.
Muchas son las leyendas del porqué de esta fecha, considerada como una de las celebraciones más populares, en la que miles de personas se comunican para mostrar el afecto y el cariño que sentimos por los seres más queridos a través de mensajes, llamadas telefónicas, visitas …
El amor todo lo puede y todo lo da como dijo el poeta; es magia que transforma el alma. Tiene el poder de doblegar al más duro de los corazones haciendo brotar bellas, profundas e inmensas pasiones.
Es poesía para la vida, fácil de recibir pues basta una intensa mirada, una sonrisa, un abrazo, un gesto amable o un beso apasionado y una entrega sin límites para saber que somos queridos, podemos ofrecerlo a cuanto nos rodea, (madre, hijo, esposo…) a la Patria.
Sus fronteras no tienen límites, al menos en nuestro universo donde ha sido vencedor de disímiles barreras, dígase diferencias de clases sociales, raciales, religiosas, étnicas, idiomas, recordemos siempre a Romeo y Julieta.
Entreguemos nuestras fuerzas a ese ser que nos anima, acompaña e inspira, es preciso entregarnos sin detenernos ni un segundo ni un instante.
El amor no espera, es presente y futuro, el eje central de nuestras acciones y aun de la vida, gratuito… amemos mientras nos quede aliento. Yo amaré mientras dure mi existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario