jueves, 12 de julio de 2012

Manuela, la bodeguera

Cómo es la vida!!!! mientras finalizaba el Día mundial de la población  calculaba yo  mentalmente  cuántas personas de este mundo ancho, globalizado, nada ajeno, y  del reparto bayamés de Marianao, agradecen la gestión comercial que con carácter habitual acostumbra a realizar Manuela  Perera Torres, la administradora de la unidad comercial 3393, Las Delicias. 
La institución está ubicada en Calle 9, esquina a 8; quienes han vivido en Bayamo desde  la década de los años 50 quizás estén más identificados con la bodega de El Chino, el negro alto, flaco y jaranero que atendía con la misma deferencia a los consumidores de Calle Siete.
Pensándolo bien, desde tiempos inmemoriales los comerciantes siempre han sido de los personajes más interesantes y pintorescos de la comunidad y generalmente se contaba con su aporte para conocer de otras comunidades y estilos de vida.
Así el rol del comerciante comenzó a crecer y también la esperanza de la gente, por lo menos en Cuba. Hoy vienen a mi mente recuerdos de la tienda de Arnaldo,  de Alonso, Rafael, la de Evangelista, y otras que eran un apéndice de la residencia de los dueños, siempre sacando cálculos y con un lápiz tras la oreja.
Onaydis Traba Boza, quien conoce bien de la unidad desde que cumplió la mayoría de edad afirma que las consumidores están muy agradecidos con la bodeguera,  quien además de atender como corresponde a quienes asisten allí en busca de los productos de la canasta básica encuentran otros que ni pensaban.
Elena Maillo, la vecina del fondo de mi casa me lo dijo bien claro: "Ella es diferente, desde que llegó el año pasado no solo se dedica a acercar  a sus consumidores productos que de otro modo no se consiguen en la zona, sino que les regala su mejor sonrisa y gratis".
Manuela sintetiza, sin dudas, la bodeguera que yo quisiera tener.

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