Esta mujer que ves aquí tiene como nombre Ebis Luisa González
Tornés, vive en un lugar de Bayamo, de cuyo nombre siempre quiero acordarme. Ese
lugar por donde todos caminan y yo voy
con modestos pasos, lo llevo en mi memoria
y lo observo con el corazón cuando cierro los ojos.
Esta mujer que ves aquí, de imprevista ternura en las raíces es mi heroína, aprendí a amarla
mientras me contaba las más hermosas historias de amor, de cómo conoció a mi
padre en las noches de serenatas por esta ciudad de adoquines, músicos, poetas y un poco de locura.
Quiero que reconozcas a esta mujer cuando pase por Calle Siete... porque ella me ha enseñado a conjugar el verbo amar, mientras siente que el tiempo pasa, hace ruido y le va cargando sus 86 años recién cumplidos de nostalgias, imágenes, metáforas y algún que otro achaque.
Así anda mi madre, esta mujer bella desde los dedos hasta la última cana que dejó de pintar desde hace mucho tiempo atrás, por las paredes que ha visto hacer y erigir, bloque a bloque, gota a gota de sudor, dejando salir el orgullo maternal, su persuasión y sobre todo dejó bien clara la palabra lealtad.
Gracias, mami! No imaginas la felicidad que me da saber que estamos juntas y que ya perdí el miedo aquel, que muchas veces nos hizo dormir juntas.
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