!Increíble, pero cierto!Existe un universo mágico en la juventud que habita el reparto bayamés de El Valle. Desde Calle Tres hasta la Nueve (en números impares, y contando la Diez y la Doce que las abrazan) los muchachos rediviven una empatía que los padres disfrutamos.
Realmente sorprende que un grupo etario con promedio de solo 17 años de edad -ahora de vacaciones-, estudiantes todos: unos en la Universidad y otros en la Enseñanza Técnico-Profesional o en la Media, compartan una amistad tam bonita.
Ellos se reúnen, conversan sobre vídeos, películas, canciones; juegan dominó, parchís; van al balneario La Vega y hasta discuten del último partido de fútbol, béisbol o voli trasmitido por el sistema de la Radio o la Televisión Cubana.
En ese grupo está incluido Dariel de la Cruz Collejo, El Chino, como lo han bautizado sus amigos, un joven alto, de estatura promedio, con ojos desbordados de picardía y sonrisa familiar, que seduce por su sentido de compañerismo y disposición para colaborarle a cualquier vecino.
Y en bondad no hay quien le gane. lo he visto desprenderse de sus objetos personales para compartirlos con quienes no tienen sus mismas posibilidades.
!Chino, eres especial! Calle Siete te admira, te respeta y te ama.
Ellos se reúnen, conversan sobre vídeos, películas, canciones; juegan dominó, parchís; van al balneario La Vega y hasta discuten del último partido de fútbol, béisbol o voli trasmitido por el sistema de la Radio o la Televisión Cubana.
En ese grupo está incluido Dariel de la Cruz Collejo, El Chino, como lo han bautizado sus amigos, un joven alto, de estatura promedio, con ojos desbordados de picardía y sonrisa familiar, que seduce por su sentido de compañerismo y disposición para colaborarle a cualquier vecino.
Y en bondad no hay quien le gane. lo he visto desprenderse de sus objetos personales para compartirlos con quienes no tienen sus mismas posibilidades.
!Chino, eres especial! Calle Siete te admira, te respeta y te ama.