Sé
que los niños juegan como viven y jugando aprenden a vivir porque observan,
tocan, huelen, saborean, exploran, sienten, descubren … se instruyen; mientras nos
enseñan con sus acciones y emociones.
Lo
experimento con Lianet Medina Rondón, una niña muy sensible, amante de los animales
y las flores, que habita en Calle Siete, en Bayamo, municipio capital de la
provincia de Granma, y todos miran cuando la ven pasar, porque, entre otras
cosas, exige que se le trate con delicadeza.
Aquí
les dejo algunas de las poses de Lia, la niña de Cuba que sabe lo que quiere, lo expresa y siente su crecimiento.
¡Cuidado con sus sueños!