Es 28 de enero y es también un día para honrar a un amigo sincero que no festeja sus 159 años de edad, pero los cubanos lo tenemos presente cada minuto, cada segundo de nuestras vidas. Hay que ver, mientras más tiempo pasa más me enamoro de José Martí, uno de los hombres de letras de mayor brillantez expresiva de América.
Cuanto más leo los artículos periodísticos, ensayos, poesías, versos, relatos ... y su única novela, Amistad funesta (1885) de quien dijo "Yo tengo de Bayamo el alma intrépida y natural, más me alegran los sentidos porque me trasmiten el tesoro que guardan las palabras.
Preferentemente hoy, cuando visité la casa donde vivió mi abuela paterna tuve la fantasía de recordarlo a través de la escritura de un texto con el que logre asombrar, dar placer, transformar el escenario que habito, descubrir qué sé yo, o ... algo, para sentirme más cercana a Martí.
"Como yo escribo lo que veo y lo veo todo con sus adjuntos, antecedentes y ramazones (...) surge la palabra coloreada y precisa", aseguró en su Diario de campaña. Lo leo, Calle Siete se identifica con él, late mi corazón de forma acelerada, idealizo la Calle de Paula, en La Habana y recuerdo los días felices con mi abuela Martha.