Bayamo, capital de la suroriental provincia cubana de Granma, que transpira por sus adoquinadas calles romanticismo y cultura, no podría recorrer el reino de Clío ni el sentido de los diferentes grupos de hombres si no fuera por la vida de estos, su realidad e historia. Eso bien lo sabemos los bayameses y de acuerdo con esa noción se justifica que la XVII edición de la Fiesta de la Cubanía esté dedicada, además, a los afrodescendientes.
Vienen a mi memoria los distintos estudios sobre el proceso de formación nacional, la aparición del sentimiento de patria en las comunidades criollas y la también de una conciencia de nación y de identidad. Una patria común a todos los cubanos que comienza a forjarse cuando Carlos Manuel de Céspedes libera a sus esclavos y desata la revolución abolicionista e independentista que comienza en la Demajagua el 10 de octubre de 1868.
En esa genealogía revitalizadora de la presencia de los progenitores, de los fundadores, como verdad científico-social la fusión e integración de los elementos que nos conforman como nación tiene protagonismo lo africano lo cual enriquece nuestro proceso histórico, diverso desde sus orígenes y asentados en ancestrales tradiciones transplantadas a un nuevo ser que la constituye. Percepción muy bien fundamentada por don Fernando Ortiz como proceso de transculturación.
Ahora mismo 57 trabajos se debaten en el Crisol de la Nacionalidad, principal evento teórico de la Fiesta de la Cubanía, aupiciado por la Casa de la Nacionalidad Cubana, que como parte de la celebración del Día de la cultura nacional, tiene como tema central "Desde el interior del país, una interpretación de la historia nacional y fue inaugurado por el doctor Félix Julio Alfonso, con la conferencia "Las armas secretas de la historia, medio siglo de historiografía y Revolución en Cuba.
Ahí está la cubanidad, Calle Siete lo conoce, y sabe, igualmente, que el hombre se apropia de su pasado, lo recrea y lo trasciende.
Vamos a la Fiesta!