Esta vez no lo soñé. A la altura de sus cuatro años cumplidos Amelia de los Ángeles de Armas Leyva escuchaba la música desde el parquecito del reparto Latinoamericano, y bailó y se divirtió de lo lindo en los dos días de carnaval infantil que las autoridades políticas y gubernamentales de Bayamo quisieron regalarle al tesoro más preciado de Cuba: los niños.
Los dueños del futuro no solo tuvieron acceso a las golosinas, sino también disfrutaron , igualmente, de desfiles de comparsas y carrozas, y de grupos de danza, teatro y musicales propicios al ambiente y a la ocasión.
Justamente el carnaval infantil, que precede las fiestas populares del municipio, correspondientes al actual verano, dejó hermosas imágenes recogidas por Luis Carlos Palacios.
Calle Siete aquí se las deja, como testimonio de que hay que ver que los bebés nacen con ojos dispuestos a observar lo bello, abrazar lo bueno y a ser queridos con todo el cariño de nuestros corazones. Yo entrego mi corazón por la felicidad de los niños.
Calle Siete aquí se las deja, como testimonio de que hay que ver que los bebés nacen con ojos dispuestos a observar lo bello, abrazar lo bueno y a ser queridos con todo el cariño de nuestros corazones. Yo entrego mi corazón por la felicidad de los niños.