Aunque
el tiempo apremia cuando se hace referencia a un evento en el que se desempolvan temas
emblemáticos, rescatan letras que hablan del amor y el desamor,
y enaltecen valores literarios, musicales y culturales, durante dos días,
como la primera edición del evento Mi Bolero, estoy obligada a decirles que ese
espacio puede convertirse en la oportunidad ideal para dar a conocer nuevos
cultores del género y promover buenas canciones.
Así lo percibí este miércoles en los Jardines de la Uneac, en Granma, que
celebra el aniversario 20 de la premiada obra Amor a manos llenas, escrita por
Abel Guerrero Castro y Julio César Ochoa, e interpretada y defendida por
Mundito González, la Voz
de Oro del bolero en Cuba.
Luis Millet, presidente de la Filial de música de la Unión de Escritores y
Artistas en la provincia, organizador del evento, -en el que se dieron
cita creadores de Bayamo, Manzanillo y el invitado especial el bolerista de la vecina
provincia de Camagüey, Simón Roberto- ha dirigido una mirada profunda a las
raíces de este cubanísimo género para la feliz celebración.
Si no lo cree, le invito a visitar la galería de Luis Carlos Palacios Leyva, uno de los mejores fotorreporteros del periódico La Demajagua, él te llevará de las imágenes a Mi Bolero y viceversa. O puede leer, también las hermosas crónicas de David Rodríguez.
Si no lo cree, le invito a visitar la galería de Luis Carlos Palacios Leyva, uno de los mejores fotorreporteros del periódico La Demajagua, él te llevará de las imágenes a Mi Bolero y viceversa. O puede leer, también las hermosas crónicas de David Rodríguez.
Calle Siete recuerda entonces a Pepe Sánchez,
quien en 1883 dio a conocer su Tristezas y ese hecho les regaló a los bayameses
no solo Amor, sino boleros a manos llenas.