"Preservad la imaginación, hermana del corazón, fuente amplia y dichosa. Los pueblos que perduran en la historia son los pueblos imaginativos. (...) La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que esta en vano sin su ayuda busca. Es la hembra de la inteligencia, sin cuyo consorcio no hay nada fecundo."
He estado un poco triste. Razones ajenas a mi voluntad me impidieron traerles a este espacio la voz interior de Bayamo por la fiesta proletaria: un pueblo imaginativo donde tienen cabida los anhelos, los deseos, la esperanza y la ternura de sus habitantes. Así lo observo en su cotidianidad; por eso me ha resultado conveniente comenzar con la anterior frase de José Martí.
Cada pulgada de la Plaza de la Patria vibró con las consignas, la alegría, la creatividad de los sindicatos, los coches tirados por caballos, símbolo del respeto a lo autóctono, lo tradicional, la idiosincrasia ... la identidad.
Allí estaba Eugenio Pérez Almarales, actual director del periódico La Demajagua, con Sara, Leonardo, Danelia, Gisel, Farrell, Iliana, Elisa y los vecinos de Calle Siete, aportando con acento propio toda la fuerza y emoción a un municipio romántico y soñador, muy parecido a
otros en el resto de Cuba; pero con mucha historia que contar.