miércoles, 26 de marzo de 2014

De jóvenes, salario y salud



Lisandra, Mirtica y Elena tienen la vitalidad propia de la juventud. Ellas son estudiantes de sexto año de Medicina y ahora mismo ríen,  no solo porque la risa destierra la tristeza de sus corazones, sino porque entre un tema y otro las bromas desplazan un poco el miedo escénico para abordar un tema que ha causado gran impacto en la sociedad cubana: el aumento salarial para más de 440 mil trabajadores del sector de la Salud.
Presentada por Marino Murillo y que tiene que ver con los lineamientos 154, 160 y 171 del VI Congreso del Partido, la medida responde al principio de distribución socialista de que el obrero reciba el salario y los beneficios de acuerdo con el valor del trabajo aportado.
Lógicamente sería ingenuo e irresponsable pretender que con la medida decodificamos  el ábrete sésamo que va a incrementar por arte de magia el producto interno bruto requerido por la economía. No! Además de la tecnología y la calificación técnico-profesional de la fuerza de trabajo resulta imprescindible elevar la PRODUCTIVIDAD, ser más eficaces y eficientes en los procesos laborales y en la participación de los programas esenciales de transformación social.
Cuba cuenta con un Sistema de Salud bien estructurado que comienza con la prevención, además de las acciones integrales dirigidas al individuo, a la familia,  a la comunidad y al ambiente.
Empero, en el caso que nos ocupa, Calle Siete reconoce la humildad, la calidad humana y la sencillez con que, el ejército de las batas blancas, como lo calificó Fidel hace unos años, asume el ejercicio de su profesión y se dedica plenamente a preservar la vida de los demás.
La realidad es que las jóvenes, quienes en julio egresarán de la Filial de Ciencias Médicas Doctor Efraín Benítez Popa, de Bayamo, están más motivadas,  y con muchas razones para sonreír. Solo que ahora todas las miradas de los pacientes van a converger hacia un solo punto: la calidad en el servicio asistencial. Yo también estaré observándolas.