No estoy segura, quizá le pregunte a Eugenio Pérez Almarales, el director, pero creo que José Manuel Alarcón Contreras, el administrador de La Demajagua, en la suroriental provincia cubana de Granma, lo descubrió por casualidad, y posiblemente el rancho del Ministerio de la Agricultura en las riberas del río Bayamo, se convierta en un sitio recurrente para el esparcimiento.
Lo digo por su hermosa vista y porque mis colegas estaban tan a gusto y con tanta confianza que llegué a imaginar los recibía cómoda en mi cocina, donde tenemos el comedor de diario incorporado, mientras festejábamos el aniversario 38 de la creación del periódico, con un poco de música, diversión y el compromiso de entregar un producto de mayor calidad a los lectores, para que sea este no solo creíble, sino que se le parezca más a su gente.
Luis Carlos Frómeta Agüero, quien nos acompañó en el camino de hacer un mejor periodismo durante 15 años no faltó al convite; Gisel García González, cantó mientras Rafael Martínez Arias, uno de los mejores fotorreporteros del territorio rasgaba la guitarra, Yasel Toledo Garnache me brindó de su cerveza, Ibrahín Sánchez Carrillo,
desde que llegó dirigió sus pasos a la improvisada cocina y con
Armando, uno de los choferes, hizo la caldosa, junto a otros
voluntarios, después hasta se bañó en el río.
Calle Siete solo quería llenar sus ojos de ese lugar, un rincón para detenerse y con buen clima. Sara Sariol, dejó su cotidianidad y sirvió el almuerzo, además de retar con el baile a Alina, Esperanza, Leslie, Omar y otros tantos que, igualmente, dejaron a un lado la rutina. Espero regresar pronto.
El periódico rinde homenaje con su nombre al sitio de Manzanillo, donde Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, se levantó en armas contra la metrópoli española, el 10 de octubre de 1868, y les dio la libertad a los esclavos.