Desesperada por salir de la rutina este Primero de Mayo, me vestí temprano con una sola intención transformar la jornada con un poco de palabras y dirigir mis pasos hacia la Plaza de la Patria, de Bayamo, lugar donde los habitantes de la provincia de Granma decidimos festejar el Día internacional de los trabajadores.
A la necesidad de una buena compañía, buenas anécdotas y un poco de palabras se unió la felicidad de dedicar la celebración en Cuba a un grande de Latinoamérica y a sus preceptos por mejorar la vida de Venezuela: Hugo Chávez Frías, a quien el pueblo cubano le regaló un desfile pleno de colorido y alegría, presidido por Raúl Cartro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Hoy, además de que Calle Siete dijo presente en aquel sitio o, mejor, en esa institución sociocultural que recoge en el conjunto
escultórico que la sustenta, los instantes más importantes de nuestra
historia, los bayameses dieron una demostración de dignidad sin igual, expresión que reafirma la voluntad de potenciar el papel del movimiento sindical en la actualización del
modelo económico cubano, y en la implementación de los Lineamientos de
la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Quien me conoce, sabe que este día es diferente también para mí porque mi madre está cumpliendo su aniversario 84, por eso justifico la lluvia de ideas que da vueltas en mi cabeza mientras me invita a café y me despide con un beso.
Vuelvo enseguida!
Vuelvo enseguida!