En Bayamo este jueves amaneció diferente, el instituto de meteorología decretaba que Chantal, la tormenta tropical que luego se convirtió en ondonada amenazaba con dejar caewr sobre la provincia suroriental de Granma su carga acuosa, y a Maidy, una de las adolescentes de la esquina, se le ve inquieta.
Su preocupación tiene sentido si pensamos que en esta época de tecnologías e información por vías formales, informales y la red de redes, en las que se ha hablado mucho del Día de la población mundial, establecido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, con el propósito de lograr conciencia sobre temáticas globales demográficas.
Maidy confiesa que es difícil ser adolescente, hembra y que la tomen en cuenta a la hora de abordar de la sexualidad y el tema de contenido reproductivo. También le cuenta a Calle Siete que en su modesto modo de entender, aunque adopta las medidas para evitar el embarazo, no le preocupa el futuro que le puede deparar a sus hijos, por vivir en un país cuyo sistema social se caracteriza por su profundo contenido humano.
En ese sentido tiene razón. En Granma, como en los restantes territorios de Cuba, antes de las 14 semanas de embarazo, las mujeres comienzan a recibir tratamiento especializado y hasta el momento del parto se realizan una decena de consultas cuando se trata de un proceso normal, y de controles requeridos, en caso de riesgo.
De todos modos siempre hay tiempo para planificar la familia que queremos, y sacando cuentas, porque en esta Isla la tasa de mortalidad infantil está por debajo de cinco por cada mil nacidos vivos, me surge una pregunta ¿Cuántos seremos dentro de 50 años?
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