Aspiro
a que los niños que se atrevan a seguirme me comprendan si no por la emoción,
al menos sentimentalmente, porque, creo en la felicidad que nos proporciona
hacer siempre lo que nos gusta. Nada me complacería más si, al menos, tienen la
disposición de disfrutar tal como lo hicieron los niños de Bayamo, capital de
la provincia de Granma, mientras celebraban el carnaval infantil 2016.
Es que, aunque un poco tarde, por razones familiares que me impidieron mostrarles a tiempo parte de los festejos en mi municipio, me animé a contarles que hubo para todos los gustos: desde golosinas hasta pollo y cerdo asado, payasos, muñecones, comparsas, carrozas, globos, matracas, personajes de cuentos y películas, además de un bonito espectáculo preparado para darles alegría a los niños, porque ellos nacieron para ser felices, ya lo dijo José Martí, el más universal de los cubanos.
No estuve allí; pero mis vecinos de Calle Siete sí, así que aquí les dejo, con todo el amor del mundo, algunas imágenes.
Es que, aunque un poco tarde, por razones familiares que me impidieron mostrarles a tiempo parte de los festejos en mi municipio, me animé a contarles que hubo para todos los gustos: desde golosinas hasta pollo y cerdo asado, payasos, muñecones, comparsas, carrozas, globos, matracas, personajes de cuentos y películas, además de un bonito espectáculo preparado para darles alegría a los niños, porque ellos nacieron para ser felices, ya lo dijo José Martí, el más universal de los cubanos.
No estuve allí; pero mis vecinos de Calle Siete sí, así que aquí les dejo, con todo el amor del mundo, algunas imágenes.
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