lunes, 22 de marzo de 2010

Bárbara

“¡Cuidado, no tientes a mis vecinos! Ellos no les temen a las palabras con filo”, aseguró Bárbara Maceda Zamora, una de las mujeres más nombradas por estos días en la circunscripción 140, del municipio de Bayamo, mientras la tierra se estremecía en Santiago de Cuba, con una intensidad de 5,5 en la escala de Richter, y reacomodaba su carga, también, en las provincias de Granma, Guantánamo y Holguín.
“Doña Bárbara”, como le nombran algunos electores, no es la protagonista de la novela homónima escrita por el venezolano Rómulo Gallegos y publicada en 1929, sino la nominada candidata a delegada del Poder Popular, por mayoría, y voto directo y público.
Esta joven, que ya cuenta en su currículo con un mandato en ese quehacer afirma: “En el barrio hay potencialidades infinitas para realizar un trabajo con calidad; pero lo más importante es recoger el tejido de voces que constituyen, con sus preocupaciones y sugerencias, el panorama inagotable de los mecanismos colectivos de bien común como única manera de progreso.”
La encontré en la esquina de Calle Siete, estaba pálida, había dormido poco y mal, y solicitaba la ayuda para socorrer a la mujer de enfrente, quien se lamentaba de los estragos de una caída… ahí estaba ella, es casi una costumbre estar donde la necesiten.
Más allá de la voluntad de quienes la consideran capaz de representarlos, y velar por sus sueños y pasiones, Bárbara tiene criterios más profundos que se nutren de los sucesos cotidianos con la resignación gozosa de quien puede transformar a la comunidad y hacerla trascender.