viernes, 11 de febrero de 2011

Cándido Fabré o el mejor sonero del mundo

Emocionada y confundida yo me resistía a aceptarlo; sin embargo estaba ocurriendo delante de mis ojos. Con el alma rota por la pérdida de su mamá; pero el corazón entero, Cándido Fabré Fabré, quien se autodefine como un CREADOR, y lo es, les regaló a los trabajadores de la editora La Demajagua su primer concierto después de la eternidad de Sixta.
El mejor sonero del mundo, como lo calificara ese  grande de la salsa que es Gilberto Santa Rosa, intercambió -al cierre de la reunión más importante sobre la calidad del producto que se oferta a los lectores de la provincia de Granma y a los que lo siguen por Internet- sobre temas trascendentales y de actualidad como su gira por Estados Unidos, y el significado que tiene para el mundo la identidad musical de Cuba.
Fabré se nutre de lo realmente auténtico y aseguró que la interdependencia entre el periódico y él es definitiva. Lo sabemos y nos honra.  Calle Siete también le agradece a este hombre que prestigia nuestra cultura desde hace ya 32 años.
Y no tenemos dudas de que su mente, con información más allá de la comprensión de muchos, está adiestrada para improvisar; de ahí la respuesta a quienes  quisieron poner a prueba su capacidad, su inteligencia con el pie forzado que arrancó el aplauso de sus fans en Miami: A Cuba yo no regreso.

Si me olvido de mi vieja Sixta
Si me olvido de San Luis
Si yo me olvido del Beni
Si me olvido de Martí
Si yo me me olvido del son
de las claves y el bongó,
Si me olvido de la rumba
y olvido este guaguancó
Si olvido a Sindo Garay,
a Matamoros y a Chepín,
Si olvido a Enrique Jorrín
y también a Rafael Lay,
Si me olvido del compay
Y acaso pierdo la fe
Si me olvido de Fabré
y yo que vengo en progreso,
Entonces diré que
A Cuba yo no regreso.

martes, 8 de febrero de 2011

San Valentín

Cuando me invitaba a escribir en este, mi pequeño rincón de Calle Siete, sobre el amor -ese de pareja, que podemos hacer florecer, marchitarse o echar a volar corriendo sus riesgos, como las fantasías-, el colega Ibrahín Sánchez Carrillo insistía en que ese sentimiento universal está en el camino que nunca acaba, en la fuerza del futuro, y en la nostalgia con nombre y apellido.
Escribir me permite imaginar que seguimos, por ejemplo, amando los grandes sueños del siglo XX y los retos del XXI. Eran lindos esos tiempos cuando se creía a ciegas en la otra persona, sin escepticismos ni ironías. Así encuentro el amor en  mis recuerdos, ese que no refleja miserias humanas, crece, se multiplica y alcanza esas figuras de nubes que se nos quedan grabadas en los ojos mientras juntamos los días y las noches.
Donde va el amor, ahí van los ojos, -nos señala un conocido refrán- y también el mismísimo instante en el que conocí a Huguito en la Secundaria, ?cuánto duró esa pasión no confesada? ... la emoción del primer beso ?cuánto duró? ... ?y el embarazo o el nacimiento de mi hijo? ... ?y el casamiento? Aguzo la mirada y pienso qué sería de la vida si se anda por el mundo sin sobresaltos ni emociones.
San Valentín asoma su mejor rostro. Desde la mujer que soy: aventurera, atrevida, rebelde, vulnerable, prefiero que este 14 de Febrero mis dedos dibujen una gran ola de ternura en la que el cuerpo y sus instintos se muevan con soberana libertad... y seguir amando.