jueves, 19 de mayo de 2011

José Martí

Por favor, Calle Siete pide permiso para guardar un minuto de silencio para un vencedor del  la distancia entre generaciones, un minuto de silencio para honrar el pensamiento del político, ensayista, periodista y escritor cubano que nació en La Habana, el 28 de enero de 1853 y cayó en una escaramuza con las tropas españolas en Boca de Dos Ríos, municipio de Jiguaní,  el 19 de mayo de 1895: José Julián Martí Pérez.
Este estratega, quien consideraba que su trabajo era cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande, como hombre de su tiempo y de todos los tiempos, supo articular un proyecto de cambio, profundamente enraizado en los acontecimientos y sucesos de la historia latinoamericana y caribeña, como instrumento de estudio, siempre adecuado a las propias realidades político-económicas y sociales de la América toda.
Al organizar el Partido Revolucionario Cubano y preparar un programa de acción que condujera a su pueblo a la última Guerra de Independencia, pudo construir su teoría y dar énfasis práctico, desde la apropiación legítima de la experiencia histórica de las naciones y culturas de América Latina.
Nuestra América constituye  una obra de consulta permanente a la hora de realizar cualquier valoración, qué significa el símil (...) hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes, sino un pensamiento coherente, dialéctico y complejo que responde a las demandas y urgencias del mundo contemporáneo.
Con el citado ensayo, Martí  despierta la necesidad de integrar a todos los países del continente en uno solo en la contextualidad geográfica de las Antillas y el Caribe, sino en el universo de lo que él, desde entonces, comenzó a llamar como "nuestra América"; esos territorios que comparten comunidad de intereses, etnias, tradiciones y cultura, y que se expanden desde el Río Bravo hasta la Patagonia, proyecto orgánico de unidad cuya vigencia se subraya en nuestros días como un implícito reclamo de los padres fundadores.
¿Quién lo duda? Martí vive!!!!!