martes, 24 de noviembre de 2015

María, la espiritista

En la larga evolución del hombre, en la que ha influido el desenvolvimiento de su cerebro, la palabra ocupa un lugar privilegiado como expresión de la realidad circundante y sobresale como instrumento de nuestras ideas y la representación del progreso humano, que va conformando el idioma de un modo vivo, enriquecido y adaptado de acuerdo con los avances de la ciencia y la técnica. 
...Y en eso llegó al barrio una mujer llamada María, un nuevo personaje que, haciendo uso de la palabra y relacionándola con el pensamiento, organiza  tan intencionadas sus ideas, que ha sido capaz  de convencer a algunos de que hace el bien, aunque no siempre obra de modo altruista.
Ella vino a Bayamo desde un asentamiento del montañoso municipio de Guisa, territorio igualmente perteneciente a  la provincia de Granma, y la muy charlatana le aseguró a Ana, mientras esperaban el turno para moler unos cuantos granos de maíz que servirían para cocer los tamales de la comida, resultar muy buena en los quehaceres espirituales  y le obsequiaba un turno para la consulta del viernes siguiente.
El día señalado la joven jadeaba. El sudor que le bañaba el rostro solo dejó de brotar media hora después cuando, la autotitulada genio espiritista, le exigía cinco pesos, moneda nacional, por la consulta, ocho para una vela, y tantos más para una botella de ron. ?Qué le parece?
Calle Siete, que no es especialista en el tema ni mucho menos, piensa que sería bueno darles a conocer esta experiencia a los vecinos y recordarles que,  a veces, la diferencia entre el bien y el mal está en determinados clichés mentales, y detectarla solo depende de la habilidad que tengamos para zafarnos de quienes pretendan embaucarnos.