jueves, 19 de julio de 2018

Lia, un hada de Bayamo

Los cuentos de hadas existen  desde que no había aparecido el tiempo, la enfermedad, el frío ni el dolor. Yo conozco a uno de esos diminutos seres con alas de mariposa que ha hechizado a la familia, se llama Lianet Medina Rondón, tiene dos años y siete meses y vive en Calle Siete, un lugar especialísimo de Bayamo, el municipio capital  de la provincia de Granma, ubicada  en el sur oriente de Cuba.
Un simple aleteo suyo alegra nuestros corazones; empero, su mayor  don consiste en encantar a todos con su lenguaje, más de las 50 palabras que le corresponden por su edad provocan las incontables miradas de reojo entre los mayores y la sonrisa que suele aparecer cuando hay un duendecillo de esa naturaleza en la casa.
Su color favorito es el amarillo, sabe cuál es el momento ideal para quitarle la contraseña al celular de Lisandra, su mami especialista en Medicina General Integral, que presta servicios de salud en Brasil; que el 14 de diciembre es su cumpleaños, que los juguetes están ahí para compartirlos con los demás niños, ama a Copito y a Chocolate, dos perros con los que se relaciona,  y alimenta no solo a los pollos sino, también, a otros animales, como los  del Parque Granma,  el que visita con sus abuelos maternos: Ana Luisa Blanco y Humberto Rondón.
Lia exige que la miren cuando habla, es muy creativa mientras juega, conoce los colores, cuenta, compara y da muestras de una fértil imaginación que vuela hasta las nubes. Sé que siempre será atendida, querida,  escuchada… porque no hay nada mejor para el desarrollo e, incluso, para el futuro de los pequeños que dedicarles tiempo de calidad y amor.