miércoles, 21 de abril de 2010

Agua

La primavera que, según se conoce, debió llegar el 19 de marzo para dejar caer su carga de agua que llenarían nuestros embalses -con notables déficits en los acumulados- ha atrasado su viaje a esta tierra.
Una mirada al año pasado alerta sobre la sequía que estamos padeciendo y se intensifica desde el 2008, Calle Siete lo sabe muy bien porque sus vecinos sufren la poca disponibilidad del importante líquido, no obstante la preocupación de la delegada de la circunscripción 140, quien se ocupa de que les suministren con carros pipas u otros medios el agua que necesitan.
Ah!, pero un hombre de verdad, con cultura, nunca olvida el contorno que lo rodea ni las formas, modelos y patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman y mucho menos imagina la vida sin el agua.
Por eso no se entiende cómo en varias arterias de Bayamo aparecen tuberías en las que regurgita el líquido, tampoco puede comprenderse el porqué en determinados centros laborales y hasta en viviendas no se metabolice lo imperioso que resulta ahorrar el agua. Aunque esta no es la única causa del despilfarro representa un porcentaje bastante considerable.