domingo, 30 de diciembre de 2018

El vuelo de mi mariposa



Lianet Medina Rondón acaba de cumplir tres años de edad y ha despuntado como una criatura que reinventa historias. Eso lo ha saboreado Calle Siete, una de las vías de Bayamo, capital de la provincia de Granma, como lo mejor del mundo. A veces, uno puede ver su felicidad cuando transgrede las normas de la disciplina y retoza con los colores que gravitan en sus pupilas.
Esta niña puede acelerar los latidos del corazón de cualquiera y conmoverlo, así es. Ella entiende lo que somos,  lo que sentimos y suele comunicarse excelentemente si la persona con la que se encuentra está segura de sí misma.
Cuando me mira, siento que sus ojos están llenos de ternura, y resulta fácil dibujar su sonrisa, yo la dibujo en mis pensamientos como un manantial de agua fresca que llega directo al mar; los dos fluyen mientras los reconozco, los distingo, sobre todo al verlos; pero cuesta trabajo describirlos.
Vuela alto Lia, mi mariposa, y estoy segura de que cualquier adulto se estremece igual por el más pequeño de su casa, dentro o fuera de Cuba.