miércoles, 6 de octubre de 2010

6 de octubre

Hace buen tiempo en Bayamo y el sonido del avión que distribuye la prensa, hoy piloteado por Juan Carlos Fournier Rodríguez, de la Empresa Nacional de Servicios Aeroportuarios (ENSA) me lleva a recordar el aniversario 34 del abominable crimen de Barbados.
Yo, que amanecí con una idea fija en la cabeza por el trágico hecho del 6 de octubre de 1976, no dejo de preguntarme cómo sería Cuba y cómo vivirían las familias de las 73 personas asesinadas ese día, si Luis Faustino Posada Carriles y Orlando Bosch no fueran terroristas y sí mejores seres humanos.
Creo que habría que hurgar mucho en la historia para hallar un suceso que haya estremecido tanto a mi país por el llanto y el dolor.
Hay mucho en común entre aquellos pasajeros de múltiples profesiones, tripulantes de la nave CU-455 de Cubana de Aviación, 11 estudiantes guyaneses, cinco funcionarios norcoreanos y jóvenes esgrimistas que regresaban victoriosos. Nunca llegaron a la Patria.
Calle Siete sabe quiénes perdonan a Posada Carriles y a su cohorte de demonios: la mafia de Miami, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Gobierno de Estados Unidos; pero confía en que algún día alguien repare sus injusticias.
El Consejo de Estado aprobó ayer el Decreto-Ley No. 279 por el cual se decide declarar el día 6 de octubre de cada año como Día de las víctimas del terrorismo de Estado.