jueves, 14 de septiembre de 2017

Bayamo transpira solidaridad



Las imágenes de la Televisión Cubana de las huellas del huracán Irma por Cuba todavía conmueven. ¡Qué tristeza!
Empero la sonrisa que llega de las inagotables anécdotas nos contagia a todos y también porque no cesa la solidaridad, la preocupación, la colaboración de las autoridades políticas y gubernamentales. ¡Cuán saludable es ese sentimiento que da deseos de ayudar a los demás sin intención de recibir algo a cambio!
En la Mayor de las Antillas la solidaridad es uno de los valores esenciales para los cubanos, y más en situaciones de desastres naturales, resulta para nosotros más que un compromiso moral apoyar a un vecino o a familiares, o a coterráneos en situaciones difíciles, no solo brindándole techo y comida, sino hasta un poquito de sal si no se dio cuenta que no le alcanzaba para terminar  a comida y ya están cerradas las bodegas.
Lo que más me gusta en estos casos es la humildad, propia de seres humanos extraordinarios, la energía y la grandeza de de los afectados y de quienes se entregan en cuerpo y alma. Ahí están, igualmente, los brazos y las manos de las diferentes generaciones, que no flaquean, se fortalecen.
Desde Bayamo, capital de la provincia de Granma partieron a Camagüey para labores de recuperación centenares de constructores, operadores, y de sectores como Servicios Comunales, Telecomunicaciones, RadioCuba y de Azcuba, con equipos de volteo, cargadores, vehículos multipropósito, alzadoras y motosierras. Además de otros que entregarán su energía en otros territorios afectados.
A Cuba la solidaridad le corre por las venas, por eso a Calle Siete le es innata, congénita… Así lo creo.