viernes, 27 de noviembre de 2009

Iraida

La vida es una puesta de sol. Ahora mismo Iraida Escalona Acosta se considera una mujer feliz, y no es para menos: acaba de recibir el módulo de cocción para los alimentos que distribuye desde hace varios años el Estado cubano, para aliviar los dolores de cabeza de la mujer en relación con el combustible doméstico.
“Es maravilloso poder contar con la olla arrocera, la reina, la de presión y la hornilla porque representa muchas ventajas en relación con mi situación anterior, pues no solo permite ganar en tiempo sino también en higiene en la cocina. Definitivamente es mucho más cómodo y más para mí que tengo tres niños pequeños.
“Este programa, que significa ahorro de energía eléctrica para el país, y ahorro para la economía familiar y de Cuba, está bien concebido; a cada nuevo núcleo, entre los que me encuentro, las autoridades le dan el derecho de adquirir los equipos.”
En la casa número 15, de Calle Siete, usted puede encontrarla junto a tres de sus cuatro hijos: Lázaro, Meyli y Leoni, de ocho, tres y un año, respectivamente.
“Agradezco no solo los equipos electrodomésticos, sino la vivienda, que también me entregaron después de haber perdido el pequeño local que habitábamos mis hijos y yo, a causa de la furia de las aguas del río Bayamo”, asegura plena de emoción.
El programa de la revolución energética se instauró en la Mayor de las Antillas para que las familias cubanas tengan la posibilidad de cocinar con electricidad, dejando atrás el uso de los combustibles tradicionales de alto costo, nocivos para la salud y que resultaban totalmente insuficientes, lo que conllevaba al desvío de recursos en unos casos o la utilización irracional de la electricidad con artefactos rústicos y peligrosos en otros.
Iraida está feliz, y sus vecinos también.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Reydel

“La práctica hace al maestro”, parece ser el axioma que caracteriza la vida de Reydel Fernando Díaz Virelles, quien cursa el tercer año en la Academia profesional de artes plásticas Oswaldo Guayasamín, de Bayamo, y me recuerda a Thomas Alva Edison, -norteamericano que vivió entre 1847 y 1931, y patentó más de mil inventos- por eso de que el genio lo compone un uno por ciento de inspiración y un 99 de transpiración, de sudor, de trabajo.
Este joven de 17 años de edad se nutre de determinada problemática social para jugar en serio con pinceles y colores: ”El arte significa éxtasis, creación, necesidad, es un proceso constante de investigación, búsqueda, cambio, crítica … vías a través de las cuales percibo el mundo en que vivimos y lo recreo”.
Reydel es ganador de varios concursos a nivel municipal, provincial y nacional, y jornadas científicas estudiantiles: Martí y Fidel en el alma de la Patria, Convención de los derechos de las niñas y los niños, PMA (Programa Mundial de Alimentos) en acción 2008, V Salón martiano, y Por un mundo al derecho, 2009, entre otros.
“Cuando el 28 de marzo del 2002 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz inauguró, desde Manzanillo, el programa de escuelas de arte en Cuba fui feliz porque supe que esos centros educacionales le garantizarían a mi hijo lo imprescindible para alcanzar sus sueños”, asegura Antonia.
Los desvelos de su mamá y la preocupación de ella por vincularlo a la Casa de cultura 20 de Octubre -donde conoció a la instructora Vivian Martínez, que fortaleció su educación artística y medioambiental- le acompañan siempre de Calle Siete a la Academia y viceversa.
- ¿Cuáles son tus expectativas?, le pregunto.
- El reto ahora es estudiar, superarme hasta lograr una producción en el arte cubano, y después ¿quién sabe?

martes, 17 de noviembre de 2009

Fidelia

“Lo único malo del amor y la ternura es no tenerlos, eso aprendí de Fidelia”, la elegía, en forma de romance lírico, escrita por el poeta de Bayamo Juan Clemente Zenea, en la segunda mitad del Siglo XIX, me aseguró Daniel de Jesús, mientras conversábamos sobre el idealismo ingenuo y perezoso de algunos jóvenes que no reconocen que hay mucho que trabajar, estudiar y aprender.
La obra es una de las más hermosas, singulares y delicadas de Cuba y de la lengua castellana por el ritmo exquisito de sus versos, la tenue expresión del dolor individual, la fina matización de esa honda desolación interior a través de bellas imágenes y metáforas, y las suaves notas con que pinta la naturaleza en torno a la pareja enamorada y los símbolos del transcurrir del tiempo:
‘unas aguas que se agotan’, ‘unas plantas que se secan’, que retornan al final del poema para acompañar el dolor por la muerte de su amada.
Y como también es una exaltación del amor y una afirmación de su perdurabilidad quiero compartirla con mis amigos.

FIDELIA

Et dans chaque feuille qui tombe
Je vois un presage de mort.
Millevoye

¡Bien me acuerdo! ¡Hace diez años!
¡Y era una tarde serena!
¡Ya era joven y entusiasta,
pura, hermosa y virgen ella!
Estábamos en un bosque
sentados sobre una piedra,
mirando a orillas de un río
como temblaban las hierbas.

¡Yo no soy el que era entonces
corazón en primavera,
llama que sube a los cielos,
alma sin culpas ni penas!
Tú tampoco eres la misma,
no eres ya la que tú eras,
los destines han cambiado:
¡yo estoy triste y tú estás muerta!

La hablé al oído en secreto
y ella inclinó la cabeza,
rompió a llorar como un niño,
y yo amé por vez primera.
Nos juramos fe constante,
dulce gozo y paz eterna,
y llevar al otro mundo
un amor y una creencia.

Tomamos, ¡ay!, por testigos
de esta entrevista suprema,
¡unas aguas que se agotan
y unas plantas que se secan!...
¡Nubes que pasan fugaces,
auras que rápidas vuelan,
la música de las hojas,
y el perfume de las selvas!

No consultamos entonces
nuestra suerte venidera,
y en alas de la esperanza
lanzamos finas promesas;
no vimos que en torno nuestro
se doblegaban enfermas
sobre los débiles tallos
las flores amarillentas.

Y en aquel loco delirio
no presumimos siquiera
¡que yo al fin me hallara triste!
¡Que tú al fin te hallaras muerta!
Después en tropel alegre
Vinieron bailes y fiestas,
y ella expuso a un mundo vano
su hermosura y su modestia.

La lisonja que seduce,
y el engaño que envenena,
para borrar mi memoria
quisieron besar sus huellas;
pero su arcángel custodio
bajó a cuidar su pureza,
y protegió con sus alas
las ilusiones primeras;

conservó sus ricos sueños,
y para gloria más cierta
en el vaso de su alma
guardó el olor de las selvas;
guardó el recuerdo apacible
de aquella tarde serena,
¡mirra de santos consuelos,
áloe de la inocencia!...

Yo no tuve ángel de guarda,
Y, para colmo de penas,
desde aquel mismo momento
está en eclipse mi estrella;
que en un estrado una noche,
al grato son de la orquesta,
yo no sé por qué motivo
se enlutaron mis ideas;

sentí un dolor misterioso,
torné los ojos a ella,
presentí lo venidero:
¡me vi triste y la vi muerta!
Con estos temores vagos
partí a lejanas riberas,
y allá bañé mis memorias
con una lágrima acerba.

Juzgué su amor por el mío,
entibióse mi firmeza,
y en la duda del retorno
olvidé su imagen bella,
pero al volver a mis playas,
¿qué cosa Dios me reserva?...
¡Un duro remordimiento,
y el cadáver de Fidelia!

Baja Arturo al occidente
bañado en púrpura regia,
y al soplar del manso Alisio
las eolias arpas suenan;
gime el ave sobre un sauce,
perezosa y soñolienta,
se respira un fresco ambiente,
huele el campo a flores nuevas;

las campanas de la tarde
saludan a las tinieblas,
¡y en los brazos del reposo
se tiende naturaleza!...
¡Y tus ojos se han cerrado!
|Y llegó tu noche eterna!
¡Y he venido a acompañarte,
y ya estás bajo la tierra!...

¡Bien me acuerdo! Hace diez años
de aquella santa promesa,
y hoy vengo a cumplir mis votos,
¡y a verte por vez postrera!
Ya he sabido lo pasado...
Supe tu amor y tus penas,
y hay una voz que me dice
que en tu alma inmortal me llevas.

Mas... lo pasado fue gloria,
pero el presente, Fidelia,
el presente es un martirio,
¡yo estoy triste y tú estás muerta!

lunes, 16 de noviembre de 2009

Zenea

Por una tarea extraclases de la escuela de mi hijo me acerqué un poco más a Juan Clemente Zenea, este escritor nacido en el municipio de Bayamo, Granma, entonces provincia de Oriente, el 24 de febrero de 1832 y que ejerció gran influencia en la literatura cubana al retomar el romanticismo y marcar una nueva línea en la poesía hispanoamericana.
En 1845 entra al colegio de José de la Luz y Caballero, donde manifiesta por primera vez su inclinación hacia la literatura. En 1846 publicó sus primeros poemas en el periódico habanero La Prensa, en el cual llegó a ser redactor en 1849.
A partir de ese momento el número de sus obras aumentaron considerablemente, por ejemplo, publicó con José Fornaris y Rafael Otero “La mujer ¿Es un ángel? ¡No es un ángel! ¿Si será o no será?”. Realizó la redacción de Almendares junto a Idelfonso Estrada Zenea y colaboró en La voz del pueblo.
Se vio obligado a emigrar a Nueva Orleans, Estados Unidos, en 1852. Desde allí colaboró en El correo de Louisiana, El Independiente y Faro de Cuba, llevando a cabo una fuerte campaña contra el gobierno español. Luego se traslada a Nueva York y desde allí trabaja para El Filibustero, La Verdad y El Cubano.
Fue condenado a muerte en La Habana en 1853 por sus actividades en contra del gobierno español, pero debido a la amnistía general es perdonado y puede regresar a Cuba al año siguiente. Desde entonces ejerció en el colegio de José de la Luz y Caballero como profesor de inglés. Su obra en general es bastante extensa, y ha sido reconocida numerosas veces, varios de sus poemas se incluyen en El laúd del desterrado y es innumerable la cantidad de artículos suyos que aparecen en publicaciones cubanas y españolas de la época, por ejemplo en La Chamarreta, El Siglo, Revista del pueblo de Cuba, Ofrenda al Bazar, Álbum cubano de lo bueno y lo bello, La Piragua, Brisas de Cuba, Floresta Cubana y Guirnalda Cubana, entre estas también se incluyen las siguientes revistas españolas La América y La Ilustración Republicana Federal. Fundó y dirigió la Revista Habanera.
En 1865 regresa a Nueva York colaborando con la Revista del Nuevo Mundo. Luego se traslada a México para trabajar en la publicación Diario Oficial. Al comenzar la guerra de 1868 en Cuba regresa a los Estados Unidos en pro de la causa, pero cada una de las expediciones en que tomó parte fue un fracaso. Logra llegar a Cuba clandestinamente en 1870, y luego de una entrevista con Carlos Manuel de Céspedes, líder del alzamiento, fue apresado por las tropas españolas tratando de regresar a los Estados Unidos; y fusilado en 1871.
Entre sus poemas más reconocidos están En un álbum, Fidelia, A una golondrina, Diario de un mártir, Ausencia, En Greenwood, Nocturno, Las sombras, Retorno, Oriente, y Ocaso.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Ana

Sus dedos en permanente flexión recorren los delgados filamentos de la fibra obligándolos a adoptar formas dispuestas, caprichosamente, por quien en constante laboreo muestra destreza y habilidad para crear: Ana Vázquez Pérez.
Ella combina con astucia la belleza y la utilidad de los objetos, mientras fibras, retazos, perlas, manos, mujer, producto elaborado, en perfecto equilibrio, enriquecen la mirada de cuantos conocen de su virtud para fantasear con la realidad, contemplar la autenticidad de quienes la rodean y trasmitir noticias de su mundo creativo con una expresión artística acabada.
Esta joven con 65 años de edad cose, borda, teje y hace maravillas con sus manos, es incansable apoyando el quehacer de la Federación de Mujeres Cubanas -lo mismo a través de los proyectos comunitarios de la casa de cultura 20 de Octubre, del municipio de Bayamo que en el Movimiento de mujeres creadoras de la organización femenina- y de los Comités de Defensa de la Revolución.
“Desde niña he sentido la necesidad de ser yo y al mismo tiempo los objetos que adivino en los rostros de quienes me rodean, de la naturaleza, viva o muerta, de ser partícipe de los fenómenos y de alguna forma jugar a representarlos, he trabajado bastante pero todavía hay mucho por explorar”, asegura.
Ana, que cultiva el arte por placer, tiene la capacidad, también, para captar la textura del barrio, la sensación de que la gente de su calle respira a través de sus piezas.
Y yo sé que es la vecina que todos quisieran tener.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Milagro

Es 5 de noviembre. A unos 772 kilómetros al Este de La Habana, Milagro Aguilar Boza se ha despertado con una predisposición plena de energía, mientras nos retorna a las raíces de la segunda villa fundada por el español Diego Velázquez, las mismas que nos revelan el sacrificio de Hatuey, la poesía de su paisaje, el arrullo de su río, sus costumbres y la quema necesaria.
Aquí está la historia viva, “el fénix redentor”, como lo definió el escritor, filósofo, pensador y pedagogo cubano Enrique José Varona.
La ciudad cumple 496 años y sus entrañas no pueden negarse a reconocer en el rostro de esta mujer, la fusión amorosa del indio, del español y del africano, que marcó la naturaleza personalísima de sus pobladores y una voluntad aferrada a la convicción de que la inteligencia, la sagacidad, el talento y el buen hacer constituyen el soporte básico del día a día.
“En este privilegiado sitio de Cuba -afirma- resonaron por primera vez las notas del Himno Nacional; nació La Bayamesa que unió a Carlos Manuel de Céspedes (el Padre de la Patria), al poeta José Fornaris y al músico Francisco del Castillo y Moreno en una serenata histórica que, de canción romántica, se convirtió en bélica cuando requirió el esfuerzo de sus mejores hijos.”
Culturalmente Bayamo, musa e inspiración, jamás ha dejado escapar detalles de la modernidad de su imagen que se afianza entre los contrastes de estos tiempos y sus tradiciones. Y no le bastan 496 años porque quiere seguir trascendiendo sin dejar de mirar al horizonte.

Bayamo

No hay más suelo firme que aquel en que se nació.
José Martí

por Iliana Martín Pérez

En este aniversario 496, la historia, encantadora pero distante en algunas etapas, nos invita a la búsqueda, a la investigación en diferentes fuentes, para encontrar los antecedentes que conforman la nacionalidad cubana.
Por un conjunto de acontecimientos y hechos que tuvieron un impacto decisivo en el proceso de formación, y señalaron las pautas de su evolución, nuestro terruño está considerado como Cuna de la Nacionalidad.
Desde el Siglo XVII, a partir de El Caso Bayamo, que fue un intento del gobierno español por reprimir el comercio de contrabando y rescate practicado por sus pobladores, y estos empuñaron las armas y se alzaron, suceso aceptado por los estudiosos como el momento que marca la diferenciación entre el criollo y el español.
Un siglo después, aproximadamente en 1795, Nicolás Morales, bayamés de piel oscura, inicia una conspiración para lograr la independencia de Cuba, esta, aunque fracasó se convirtió en el primer intento independentista que proponía medidas radicales como el reparto de tierras a las desposeídos y la igualdad de derechos entre blancos y negros.
Años más tarde otro lugareño, Joaquín Infante, participante de esa conspiración y radicado en Venezuela, dio a conocer la primera Constitución política de Cuba, la cual demuestra la evolución de la sociedad.
En la década de los 60 del Siglo XIX, lidereada por Francisco Vicente Aguilera, el terrateniente más rico del oriente cubano, sucede una conspiración anticolonial que tiene como mérito histórico aglutinar a todos los grupos conspirativos de la Isla.
Entonces Carlos Manuel de Céspedes, el 10 de octubre de 1868, se alza en su ingenio Demajagua. Comienza así la guerra por la definitiva independencia, y al ser tomada la ciudad el 20 de ese mes, es cantada por primera vez la letra del Himno de Bayamo, que como expresión de su carácter revolucionario y del lugar en que nació, llegó a ser nuestro Himno Nacional. Durante 82 días Bayamo fue sede del gobierno provisional.
Escribieron los bayameses, el 12 de enero de 1869, una de las páginas más gloriosas de la historia de Cuba: la quema de la ciudad antes de entregarla al enemigo, con la cual enriquecieron el proceso formativo de la nacionalidad.
Ya en la década de los 80 del pasado siglo, inspirado en la heroicidad de los habitantes de este pueblo, el intelectual y político Armando Hart Dávalos definió a la amplia región del Valle del Cauto y a la ciudad de Bayamo por ser su núcleo poblacional más importante como Cuna de la Nacionalidad Cubana.

martes, 3 de noviembre de 2009

José Roberto

Mientras meditaba sobre lo incomprensible que me resulta la conducta de Daniel ante determinados fenómenos el parte del tiempo me auguraba un día con denso olor a metamorfosis, a hierba fresca recién cortada … y qué mejor ambiente para encontrarme con José Roberto Espinosa, un joven recientemente graduado como técnico medio en la especialidad de Contabilidad, y que me ha llevado a detenerme en el difícil estadio de la adolescencia.
Cuando pensé que la crisis no tenía solución, por sus palabras, llenas de sabiduría y buen juicio, comprendí que mi hijo y yo pasamos del estrés, -como consecuencia de los cambios físicos, emocionales y sexuales- requerido tanto de apoyo como de recursos psicológicos, a un proceso de reorganización y reestructuración de nuestras funciones sociales.
El diálogo, además confirmó que, en ese período de constante reflexión, la vida conforma en el espacio de los muchachos no solo un mundo por explorar y aprender, sino que aconseja a los padres, y a la sociedad toda, asumir cada experiencia con responsabilidad, a meternos en su piel para conocer de preguntas y necesidades.
A través de los ojos de Robertiquín leí que, aunque no sabe que va camino de la adultez, él también va buscando su identidad y elaborando un proyecto de vida en el que no caben el alcohol ni el tabaco, y a mí me corresponde enseñarles a captar lo auténtico, lo verdadero.
Y aunque me preocupa el futuro de Daniel y José Roberto, uno de sus amigos, estoy confiada porque conozco las estrategias, las transformaciones en la Educación y los desvelos de Cuba por la formación de los jóvenes, aparte de proporcionarles la libertad y la autonomía para elegir.