viernes, 12 de octubre de 2018

La seño Mercy



Su nombre es Mercedes Chávez Remón, una mujer  que acaba de cumplir 60 años de edad y tiene bien claro que si hay algo enriquecedor en su vida  es continuar  sumando números a sus 40, como formadora de niños  en Bayamo, municipio capital de la suroriental provincia de Granma, en Cuba.
A su vez, la Máster en Pedagogía, puede dar testimonio de lo que es su vida, de lo que ha logrado, de lo que ha aprendido, mientras colabora en alcanzar el máximo desarrollo de los niños en lo intelectual, lo afectivo-emocional, lo motriz, los valores, las actitudes, la conducta y en lo físico.  
Desde el círculo infantil Pétalos en flor, en el reparto Marianao, también conocido como Manopla, la seño Mercy se ve sorprendida por los grandes cambios intelectuales, sociales y cognitivos que los ayudarán a explorar y a entender su nuevo mundo en una  etapa en la que los niños siguen instrucciones de dos o tres pasos, ordenan objetos por su forma o color y asumen roles  expresando así sus interioridades.
Ella está convencida de que estos años han significado ganar en experiencia y pulir los miedos, "sentirnos más libres y seguras de  nuestros sueños", aun cuando en los recuerdos más recónditos de la memoria guarde  ausencias biológicas y físicas, recompensadas con el amor de los niños.
Educadora de brillante desempeño ama verlos dormir en catres, comer sin ayuda, atarse los zapatos, aprender canciones, poesías y realizar acciones elementales que dan cierto grado de independencia y constituyen, al mismo tiempo, un período de evolución, no solo  para el personal calificado sino, también, para la familia.
La primera vez que Calle Siete la vio alabó  la dedicación, la ejemplaridad  y el desempeño  diario de Mercy  en la formación de los infantes en un ambiente de ternura y el modo en el que ayuda a los padres a conocer y a orientar mejor a sus hijos.
Y no tengo dudas, cada día, la seño Mercy conquista  el corazón de los niños y un poco más, lo sé porque todas las tardes, a veces cuando caminamos rumbo a la casa y otras mientras jugamos, Lia hace un recuento de lo que aprendió y hasta imita gestos, palabras y frases.
Los círculos infantiles constituyen una de las obras más hermosas, perdurables y de gran sentido humano de la Revolución que posibilitaron la formación de los pequeños desde edades tempranas y la incorporación de las mujeres a la vida social y laboral; nacieron el 10 de abril de 1961. Su máximo impulsor fue el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y lo materializó Vilma Espín, entonces Presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, organización que tanto apoyó a las citadas instituciones educativas.