lunes, 29 de agosto de 2016

Mi hijo Daniel de Jesús



Agosto  está casi entregando a septiembre los pocos días que le quedan en Bayamo, capital de la provincia cubana de Granma, con bastante calor y la lluvia que le está negando a la tierra en la Sierra Maestra. No obstante, siento como si los recuerdos de este mes me introdujeran en un espacio donde está prohibida la tristeza.
Después de todo una supernova seguirá girando en su universo; empero, no imaginan  lo feliz que estoy de que mi tesoro más preciado, mi hijo Daniel de Jesús, haya cumplido sus 24 años, el 27 reciente.
Desde ese mágico día, en el que llegó sin dolor, me he acercado a la moraleja de que toda tentación tiene una provechosa consecuencia. Cuanto más pasa el tiempo más estimo que mi error fue no haberlo tenido antes. Yo lo necesito para respirar y cuando estamos lejos me ahoga su ausencia.
Quedaron atrás las noches de sobresaltos, pero me doy el lujo de disfrutar cuando hace ejercicios para hinchar los músculos, un mundo de masajes, cremas, lociones, perfumes: toda la parafernalia imaginable de los jóvenes de este tiempo dedicada al cultivo de su físico.
También me da tremendo placer escuchar cómo conversa de las pequeñeces de la vida, la especial habilidad para ¨mortificar¨ a sus abuelos y de convencerlos de que es la víctima o alaba la sazón para lograr que cocinen lo que más le gusta.
Hoy podemos caminar juntos por Calle Siete, conversar con los vecinos y escuchar historias como la del asceta que buscaba la perfección de su alma en el budismo, y, habiéndose impuesto la castidad, como una de sus privaciones, se vio atormentado un día por la visión  de una hermosa mujer.
Así es mi hijo, y así lo amo.

jueves, 25 de agosto de 2016

Fidel


Quiero aclarar que he vivido en carne y hueso, desde Bayamo y Santiago de Cuba, la Ciudad Heroica, la historia de los últimos 50 años de Cuba y las de su más universal protagonista.
Dice mi madre que los hombres enamorados (también incluye a las mujeres) pierden  el juicio, la razón… pero con este hombre, de quien hablo, sucedió lo contrario. El amor, hacedor de milagros, despejó sus locuras y logró muchas transformaciones en todos los ámbitos de la sociedad.
Yo creo en el amor. A este hombre lo conocí, primero, por las fotografías que llegaban hasta la sombra de la mata de almendras del patio. Recuerdo que mi padre hablaba  sin deformarlo, describiendo la silueta  que habitaba en mí de aquel gigante barbudo, vestido de verde olivo.
Poco a poco quise continuar escuchando de sueños y romanticismo. Las virtudes que mis padres no exaltaban de él encajaban perfectamente con mis anhelos, así como las peculiaridades que no minimizaban le daban sentido a mis inquietudes. Hasta que un día…
En  1972, en la secundaria básica en el campo Batalla de Mal Tiempo, Veguita No.3, dirigida por Guillermo Almenares, en el municipio de Yara, provincia de Granma fui especialmente dichosa: Fidel visitaba mi escuela.
Su voz, como siempre irradiaba admiración, seguridad, respeto. Vi lágrimas de emoción y sonrisas en mis compañeros de estudio, y yo le entregué, entonces, toda la ternura que pude evocar de la infancia.
La última vez que estuve cerca fue el día 13 reciente, mientras el país celebraba su cumpleaños 90. Gracias a ti, Fidel, este mes ha sido hermoso, muy hermoso para Calle Siete.

domingo, 21 de agosto de 2016

Mi hermana Maíta



Puede ser que me encuentre en un laberinto sin salida. Puede ser que no quiera humedecer los ojos de nadie. Puede ser que prefiera refugiarme en el silencio. Puede ser que piense en personas especiales… ¿Estoy triste?
No es justo que atribuir la angustia y el miedo a la nada, así que no quiero llorar. Mi hermana Hortensia, quien vivía en un barrio periférico del municipio de Bayamo, capital de la provincia cubana de Granma, conocido como La Trinidad, se fue y no sé a cuál lugar del universo, no sé a qué dimensión ni adónde, cuando apenas había cumplido 67 años de edad; pero nos dejó en estos días calurosos de agosto.
La casa quedó sumergida en  una irremediable expresión sombría. Hay diferentes sensaciones en el ambiente y sé que comienza un tiempo que puede resultar difícil ¿angustioso quizá? por las múltiples impresiones que reciben los sentidos de mi madre, en un asunto para ella delicado, aun cuando sospecho que es víctima de Alzheimer, esa enfermedad cerebral que causa problemas con la memoria, la forma de pensar y el carácter o la manera de comportarse.
En su huella por la Tierra dedicó sus más tiernas preocupaciones a los demás más a que sí misma. Calle Siete conoce que, de no ser por ella, por Maíta, para los más cercanos, qué triste hubiera sido la vida de muchos jóvenes entre los que se encuentra Eliecer, el primo que ayudó a formar, como profesional de la Salud, con una voluntad vital.
También participó en la Campaña de Alfabetización, importante acontecimiento educacional en Cuba que facilitó el acceso a los distintos niveles de  aprendizaje de forma gratuita y que llevó al país a declararse en 1961, apenas dos años del triunfo de la Revolución, territorio libre de analfabetismo.
Empero, el tiempo recobra su fluir. Toda la sabiduría acumulada no alcanza a explicar ciertas cosas. Mi herma, que así me llamaba casi siempre, ya no está, se fue, y yo… ahora mismo no sé qué hacer.  

viernes, 19 de agosto de 2016

Día de la fotografía: Palacios y Felo



La fotografía es emoción y compromiso. La emoción de capturar momentos y eternizarlos. Por eso hoy, a 177 años de haberse alumbrado el daguerrotipo de la fotografía, particularmente quiero reconocer la labor de dos fotorreporteros  del periódico La Demajagua,  con un estilo sui generis  de cazar, de buscar en los recodos de la realidad para inmortalizar historias de vida y acontecimientos … para el lenguaje de la prensa.
En el citado órgano informativo conviven dos apasionados del arte Luis Carlos Palacios Leyva y Rafael Martínez Arias  encontraron,  en la fotografía periodística, una maravillosa oportunidad para decir, contar, informar y captar instantes  sublimes sin utilizar palabras, solo con luz, encuadre, ángulo, como algunos de los elementos decisivos a la hora de lograr una buena composición.
Con Palacios y Felo he aprendido que las fotos tienen no solo sentido y lenguaje, sino amor, el que desbordan cada vez que hacen una entrega a la Redacción de los muchísimos acontecimientos políticos,  económico-sociales y culturales generados en el territorio.
El Pala, como también se le conoce, quien suma ya 30 años de experiencia en el oficio, ha asegurado que no puede vivir sin Bayamo, por esa razón el municipio capital de la provincia de Granma resulta uno de sus escenarios más fotografiados.

Felo, también es reportero de guerra y tiene hermosas imágenes de su quehacer como internacionalista en tierras de Angola.


Calle Siete los ha visto padecer cuando las cámaras sufren algún desperfecto técnico, o la falta de trípode, de teleobjetivo o algún accesorio necesario: cable, cargador, conectores… ellos gustan de buenas cámaras aun cuando son conscientes de que esta no hace al fotógrafo, porque se reconocen como magníficos profesionales de la lente en la fotografía de prensa, y saben cuándo transmiten sentimientos. De eso soy testigo.

martes, 16 de agosto de 2016

Carnaval infantil Bayamo 2016



Aspiro a que los niños que se atrevan a seguirme me comprendan si no por la emoción, al menos sentimentalmente, porque, creo en la felicidad que nos proporciona hacer siempre lo que nos gusta. Nada me complacería más si, al menos, tienen la disposición de disfrutar tal como lo hicieron los niños de Bayamo, capital de la provincia  de Granma, mientras celebraban el carnaval infantil 2016.  
Es que, aunque un poco tarde, por razones familiares que me impidieron mostrarles a tiempo parte de los festejos en mi municipio, me animé a contarles que hubo para todos los gustos: desde golosinas hasta pollo y cerdo asado, payasos, muñecones, comparsas, carrozas, globos, matracas, personajes de cuentos y películas,  además de un bonito espectáculo preparado para darles alegría a los niños, porque ellos nacieron para ser felices, ya lo dijo José Martí, el  más universal de los cubanos.
No estuve allí; pero mis vecinos de Calle Siete sí, así que aquí les dejo, con todo el amor del mundo, algunas imágenes.