Sus dedos en permanente flexión recorren los delgados filamentos de la fibra obligándolos a adoptar formas dispuestas, caprichosamente, por quien en constante laboreo muestra destreza y habilidad para crear: Ana Vázquez Pérez.
Ella combina con astucia la belleza y la utilidad de los objetos, mientras fibras, retazos, perlas, manos, mujer, producto elaborado, en perfecto equilibrio, enriquecen la mirada de cuantos conocen de su virtud para fantasear con la realidad, contemplar la autenticidad de quienes la rodean y trasmitir noticias de su mundo creativo con una expresión artística acabada.
Esta joven con 65 años de edad cose, borda, teje y hace maravillas con sus manos, es incansable apoyando el quehacer de la Federación de Mujeres Cubanas -lo mismo a través de los proyectos comunitarios de la casa de cultura 20 de Octubre, del municipio de Bayamo que en el Movimiento de mujeres creadoras de la organización femenina- y de los Comités de Defensa de la Revolución.
“Desde niña he sentido la necesidad de ser yo y al mismo tiempo los objetos que adivino en los rostros de quienes me rodean, de la naturaleza, viva o muerta, de ser partícipe de los fenómenos y de alguna forma jugar a representarlos, he trabajado bastante pero todavía hay mucho por explorar”, asegura.
Ana, que cultiva el arte por placer, tiene la capacidad, también, para captar la textura del barrio, la sensación de que la gente de su calle respira a través de sus piezas.
Y yo sé que es la vecina que todos quisieran tener.
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