
Cuanto más leo los artículos periodísticos, ensayos, poesías, versos, relatos ... y su única novela, Amistad funesta (1885) de quien dijo "Yo tengo de Bayamo el alma intrépida y natural, más me alegran los sentidos porque me trasmiten el tesoro que guardan las palabras.
Preferentemente hoy, cuando visité la casa donde vivió mi abuela paterna tuve la fantasía de recordarlo a través de la escritura de un texto con el que logre asombrar, dar placer, transformar el escenario que habito, descubrir qué sé yo, o ... algo, para sentirme más cercana a Martí.
"Como yo escribo lo que veo y lo veo todo con sus adjuntos, antecedentes y ramazones (...) surge la palabra coloreada y precisa", aseguró en su Diario de campaña. Lo leo, Calle Siete se identifica con él, late mi corazón de forma acelerada, idealizo la Calle de Paula, en La Habana y recuerdo los días felices con mi abuela Martha.