miércoles, 22 de mayo de 2013

Paulina Pedroso

Como es el mundo de pequeño! Desde que Armando Yero La O, de Radio Bayamo, publicó en el semanario La Demajagua el trabajo Las dos madres del Apóstol, me quedó la sensación de investigar un poquito más sobre la vida de la pinareña Paulina Hernández y Hernández, conocida por la emigración  como Paulina Pedroso y que le dio a Cuba todas sus energías  y su lealtad.

Aquella mujer, nacida el 15 de enero de 1839 en Consolación del Sur desde su llegada a Tampa, Estados Unidos, trabajó en la unificación revolucionaria, particularmente entre los hombres y mujeres de su raza. Colaboró con entusiasmo en la constitución de la sociedad de socorro La Caridad, agrupación femenina adscripta al Partido Revolucionario Cubano.

Definitivamente, los emigrados recibieron en su hogar refugio permanente mientras se fraguaba la independencia de Cuba. Para José Martí, en Tampa fue "la madre amorosa que  lo sostuvo en sus brazos, (...) lo ayudó con su dinero y lo amparó en su enfermedad".
Como  el 22 de mayo, de 1913,  el párroco de la iglesia de San Nicolás de Bari, en La Habana, don Juan José Lobato y Rendón hizo las exequias de quien murió ciega y poco recordada Calle Siete también quiere tener presente a la patriota que hizo enterrar, junto a su cadáver, el retrato con la dedicatoria escrita por Martí: ¨Para Paulina, mi madre negra¨.

No hay comentarios:

Publicar un comentario