Cuando en 1956 la Asamblea General de Naciones Unidas recomendó la institución de un día que promoviera el bienestar de los niños todavía Cuba no había consolidado toda su voluntad política a favor de los pequeños, lo cual se hizo sentir con aquel bendito Primero de Enero.
Desde entonces así suele transcurrir cualquier día para los principitos cubanos, pero el Día de la infancia tiene en este país una connotación diferente para quienes no conocen de límites para preguntar los porqué y nos sorprenden a cada momento con historias maravillosas que brotan de su fantasía, ese lugarcito donde también conservan los mejores sentimientos.
José Martí, nuestro Héroe Nacional, los llamó la esperanza del mundo y los de Calle Siete suelen acudir, preferentemente, a Los Caballitos, -donde se divierten, juegan y no les faltan las golosinas- el parque infantil que les regalaron las autoridades de la provincia de Granma.
Aquí les dejo algunas imágenes desde Bayamo.
Desde entonces así suele transcurrir cualquier día para los principitos cubanos, pero el Día de la infancia tiene en este país una connotación diferente para quienes no conocen de límites para preguntar los porqué y nos sorprenden a cada momento con historias maravillosas que brotan de su fantasía, ese lugarcito donde también conservan los mejores sentimientos.
José Martí, nuestro Héroe Nacional, los llamó la esperanza del mundo y los de Calle Siete suelen acudir, preferentemente, a Los Caballitos, -donde se divierten, juegan y no les faltan las golosinas- el parque infantil que les regalaron las autoridades de la provincia de Granma.
Aquí les dejo algunas imágenes desde Bayamo.
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