martes, 15 de noviembre de 2016

De la Madre Teresa de Calcuta




Bayamo amaneció más hermoso que de costumbre quizá por que las temperaturas muestran su rostro menos agresivo en este noviembre en el que estoy a punto de celebrar el cumpleaños  83 de mi padre,  el venidero día 22.
En El Valle, el reparto granmense donde vivo, la gente viene y va con la prisa de estos tiempos y la sonrisa a flor de labios. Eso me encanta.
No sé por qué razón esta frase de la Madre Teresa de Calcuta (Uskub, Imperio otomano -actual Skopie, Macedonia-; 26 de agosto de 1910-Calcuta, India; 5 de septiembre de 1997), que recomiendo a todos en Calle Siete, me estremece siempre que la leo. 
Bueno, no es tanto así, viene a mi mente cuando levanto los ojos para alcanzar la estatura de Daniel, mi hijo, y pienso en la infinidad de detalles exteriores que captamos las mujeres y particularmente las madres en breves segundos, mientras nos dedicamos a conocer lo más importante: lo interior.


ENSEÑARÁS A VOLAR

Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo...
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.

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