Recordar, mediante imágenes, siempre ha constituido para Calle Siete, vehículo idóneo de comunicación. Constituyen, para mí, también, excelente vía para expresar pensamientos y emociones por los códigos comunes que nos dejan en la memoria.
A decir verdad, ese lenguaje describe, igualmente, un amplio espectro de los objetos, sus conexiones y sus relaciones, volver a vivir instantes de la especie humana o animal y preservar las costumbres en el arrollador paso de la cultura.
En Bayamo, cuando festejamos la Fiesta de la cubanía, por ejemplo, lo hacemos con plena conciencia de un hecho identificativo no solo de este municipio de la suroriental provincia de Granma, sino de Cuba: el Día de la cultura nacional que todos celebramos en la Mayor de las Antillas cada 20 de Octubre, cuando se cantó por vez primera aquella marcha guerrera que devino en Himno.
Por eso hoy, pretendo que en cada resquicio de la cotidianidad se registre en el complejo mundo del cerebro, aun cuando sea de modo simplificado, la universalidad que habita en la ciudad mientras celebramos con eventos teóricos, conciertos, exposiciones y cuantas buenas ideas que tengan como referente la cultura cubana y otras que se generen para que fechas como la citada no vayan al olvido.
Yo vibro con la cultura cubana.
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