miércoles, 7 de marzo de 2018

Recuerdan en Bayamo a Robert Paneque

iQué  clase de hombre! Quien no conozca a Robert Arnaldo Paneque en el sector periodístico es porque acaba de llegara este mundo de la voz, la imagen y el bolígrafo; aunque, para ser sincera,  no fue solo esto lo que  hizo que se le conocieraen su amada ciudad de Bayamo, capital de la actual suroriental provincia de Granma.
Este martes tuve la oportunidad de participar en el espacio Tengo una historia que contar, auspiciado por la delegación de jubilados y colaboradores de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), dedicado a rescatar la memoria histórica de la prensa en el territorio, conducido por la pedagoga Isabel Labrada.
Coincidí al encuentro con vecinos, amistades, historiadores, reporteros, fotógrafos, personalidades de la Cultura, como Carlos Rodríguez Lora y Lucía Muñoz Maceo, además de que asistió Ana Lidia Paneque Fonseca, hija de Robert.
Por Paneque, quien fue el  tesorero de la primera célula del Movimiento 26 de Julio en el municipio de Bayamo, Isabel conoció los pasquines y rejuegos electorales de antes del triunfo del 1 de Enero de 1959, en los que se postulaban personas aun cuando no estaban inscriptas.
La experiencia de este hombre sensible, que amaba y respetaba a su esposa Lidia, tenía una capacidad envidiable para enseñar, frecuentar  y conducir a los jóvenes a las esencias de la nación, comenzó a forjarse mientras vendía, por las calles de la ciudad, las piezas de yarey tejidas por su madre, y mediante los diferentes oficios, como limpiabotas o barbero; pero, sobre todo, sobresalía por su humanismo, pensaba siempre en el otro y en el más necesitado.
Calle Siete concuerda con los asistentes a ese diálogo íntimo y familiar en la necesidad de que su figura habite el Museo de cera, único de su tipo en Cuba.











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