Creo en los vasos comunicantes, si no cómo explicar las ideas y coincidencias con Paquito de la Torre y otros amigos -de los buenos tiempos en la Escuela Secundaria Básica en el Campo Batalla de Mal Tiempo, en Veguitas, Yara, el municipio de la suroriental provincia de Granma donde fue quemado vivo el cacique Hatuey por rebelarse contra los españoles- sobre el significado de la primavera en nuestras vidas.
Aunque no en todos los confines del planeta esta estación del año llega al mismo tiempo, su primera señal en Cuba, para mí, la representa el cambio de hora que se extiende mientras dura el verano, en esta época los días son más largos … y me cuesta un poquito levantarme más temprano.
Aunque no en todos los confines del planeta esta estación del año llega al mismo tiempo, su primera señal en Cuba, para mí, la representa el cambio de hora que se extiende mientras dura el verano, en esta época los días son más largos … y me cuesta un poquito levantarme más temprano.
Etimológicamente
hablando el término se refiere al primer verdor, porque las plantas reverdecen,
indicio que no deja lugar a dudas en Bayamo, la capital granmense durante los meses de marzo, abril, mayo y también en junio,
cuando el tiempo nos deja sentir su vigor, lozanía y hermosura.
Desde
que el mundo es mundo, la primavera está asociada a la juventud, a la alegría y
a la vida, la flora recupera su esplendor, renace la fauna, los amigos se reencuentran personalmente o por la oportunidad de viajar por la urdimbre de las redes sociales y se multiplican las
especies, precisamente porque está estrechamente relacionada con el amor.
Calle
Siete ama los colores de la primavera y hasta su olor.
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